Primarias en el PSOE
Gómez hace de Zapatero en la sede de UGT
Quería dar un golpe de efecto y lo consiguió bajo la eficaz fórmula de combinar una fecha y un lugar significativo. Tomás Gómez, el candidato rebelde a las primarias madrileñas que más quebraderos de cabeza están dando a Moncloa, escogió la Casa del Pueblo de UGT para presentar su candidatura el mismo día en el que, en Rodiezmo (León), se escenificaba la «dolorosa» ruptura de los sindicatos con el Gobierno de Rodríguez Zapatero.
Más de mil socialistas, simpatizantes del candidato enfrentado a la ministra Trinidad Jiménez, se dieron cita en la sede sindical, a la que accedieron por la puerta de atrás, dejando en la de delante una macropancarta con la que UGT anima a los españoles a participar de la huelga general del 29-S contra la política económica del Gobierno.
Ayer, por primera vez en diez años, no se pudo escuchar a Zapatero cantando la Internacional Socialista en la fiesta astur-leonesa; pero sí se pudo ver al candidato díscolo dándose un baño de masas en la Casa del Pueblo al son de «Power to the people» –El poder de la gente– de John Lehnon. Gómez se metió al público en el bolsillo cuando reivindicó el papel de los militantes: «No estamos sólo para pegar carteles y hacer campañas. También para decidir el futuro del PSOE», e incluso se vieron pancartas en las que se leía «Las bases con Tomás. Paracaidistas, "no"», en clara referencia a la candidata oficialista.
Arropado por destacadas figuras de la vieja guardia del socialismo –el jurista Gregorio Peces-Barba; los ex ministros Virgilio Zapatero y José Luis Corcuera; el ex alcalde de Madrid Juan Barranco, o el ex secretario general de la Presidencia de Felipe González, Julio Feo–, de la delegada del Gobierno, Amparo Valcarce; de 106 secretariados generales y presidentes de agrupaciones y de 33 plataformas de apoyo, Gómez pidió el voto apelando al derecho a elegir y a la democracia interna y haciendo uso del lenguaje más mitinero y del antiguo «social-obrerismo».
Sin atacar ni implícita ni explícitamente a su rival en las primarias, el ex alcalde de Parla decidió tirar contra el PP y en especial contra Esperanza Aguirre, con quien pretende batirse en las autonómicas. Y es que el discurso duro, aunque también cargado de ironía y de humor, corrió a cargo del diputado Juan Barranco, que no tuvo reparos en subrayar la «alegría de estar aquí, donde se está muy a gusto» en referencia a la sede de UGT, y de cargar contra Ferraz al asegurar que «lo que debilita a los líderes no es la democracia, lo que debilita a un líder político es el pucherazo, es la designación a dedo», a cuenta del conflicto de los militantes expulsados de Móstoles.
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