Ciudad del Vaticano

Pensar en los difuntos ayuda a entender el Cielo dice el Papa

El Pontífice celebró la misa de la Asunción en la pequeña parroquia del pueblo donde veranea 

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Benedicto XVI concelebró ayer la misa de la Asunción de la Virgen María en la pequeña parroquia de San Tommaso da Villanova, en la localidad de Castel Gandolfo, donde pasa sus vacaciones. Al oficio religioso asistió en primera fila su hermano, el sacerdote Georg Ratzinger, que habitualmente reside en Ratisbona (Alemania).


El Papa recordó que en noviembre se cumplirán 60 años desde que la Asunción fue definida como dogma por Pío XII. «Creemos que María, como Cristo, su hijo, ya ha vencido a la muerte y triunfa ya en la gloria celeste en la totalidad de su ser, de su alma y cuerpo», explicó el Pontífice.

 

La doctrina de que el cuerpo de María está en el Cielo le dio pie para explicar este estado. «No nos referimos a un lugar del universo, a una estrella o a cualquier otra cosa; con el término "cielo"nos referimos a una cosa más grande y difícil de definir con nuestros limitados conceptos humanos. Queremos afirmar que Dios no nos abandona ni siquiera en la muerte sino que hay un puesto para nosotros en la eternidad», aseguró. Y puso un ejemplo: «Todos experimentamos que una persona, cuando ha muerto, continúa subsistiendo de alguna manera en la memoria y en el corazón de aquellos que la han conocido, pero como "una sombra"porque esta supervivencia está destinada a terminar. Dios, sin embargo, no pasa jamás», recordó.


«En Dios, en su pensamiento y amor, no sobrevive sólo la sombra de nosotros mismos», sino que «somos custodiados e introducidos con toda nuestra vida, con todo nuestro ser en la eternidad. Su amor, que vence la muerte, nos dona la eternidad» y «a este amor lo llamamos Cielo», concluyó.