Italia

El Senado sentencia a Berlusconi

Esta noche, si no hay sorpresas de última hora, se producirá la muerte política de Silvio Berlusconi. El jefe de Gobierno que más tiempo ha estado en el poder de la historia de la democracia moderna italiana presentará su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, después de que haya sido aprobado en la Cámara de los Diputados el plan de ajuste económico exigido por la Unión Europea.

El Senado sentencia a Berlusconi
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Estas reformas pasaron ayer con éxito la primera etapa para convertirse en realidad al obtener el respaldo de la mayoría del Senado. En la Cámara Baja se espera un resultado similar, pues gran parte de los partidos están convencidos de que los recortes son imprescindibles para evitar que el país siga despeñándose en los mercados. La oposición tiene el enorme atractivo añadido de que votando a favor o absteniéndose conseguirá la cabeza de Berlusconi.

A éste no le queda más salida que la renuncia tras haber perdido la mayoría parlamentaria por el abandono de varios diputados de su partido, quien lo consideran culpable de la angustia política y económica que sufre el país.

El economista y ex comisario europeo para la Competencia Mario Monti es el favorito para convertirse en el nuevo primer ministro. Ayer se estrenó como senador vitalicio en la votación del plan de ajuste recibiendo los aplausos de sus señorías.

Las ovaciones de los políticos podrían no prolongarse si, como pretende, se rodea en el nuevo Gobierno de tecnócratas y no de dirigentes de los partidos. Ésta será una de las partidas más difíciles que deberá jugar Monti: convencer a las formaciones políticas para que den su apoyo al nuevo Ejecutivo y evitar al mismo tiempo que sus interferencias acaben dinamitándolo.
Berlusconi y los barones de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), no han decidido todavía cómo acoger al previsible nuevo Gobierno de unidad. «Il Cavaliere» pretende hacer valer la mayoría que el PDL todavía mantiene en el Senado para contar con una suerte de «acción de oro» sobre el Ejecutivo.

Crisis en el centro-derecha
Para dar a la situación aún más incertidumbre, el mandatario ha dado media marcha atrás en su apoyo al posible Gobierno dirigido por Monti y ahora vuelve a repetir que tal vez lo mejor sea la celebración de elecciones anticipadas. Tampoco descarta que el PDL no acabe formando parte del Ejecutivo y le preste sólo apoyo externo en el Parlamento.

Los hombres y mujeres que el magnate ha congregado en su partido ya se han puesto a discutir pese a tener al «capo» todavía de cuerpo (político) presente. Están los que exigen la cita con las urnas, los que apoyan a Monti y su apuesta tecnócrata y los que piden un Gobierno mixto en el que también tengan cabida dirigentes de los partidos. También se echan en cara el pasado fascista de algunos y pelean por cambiar el nombre a la formación. La incapacidad para ponerse de acuerdo preludia la probable ruptura que se producirá en el PDL cuando Berlusconi se vaya definitivamente.

El Partido Democrático (PD), la principal formación de la oposición, también está afligido por el mismo mal. Aunque su líder, Pier Luigi Bersani, está de acuerdo con el nombramiento del ex comisario europeo como nuevo primer ministro, buena parte del PD piensa lo contrario. Es al fin y al cabo el eterno problema de la izquierda italiana, enredada siempre en luchas internas e incapaz de ponerse de acuerdo sobre las cuestiones importantes.

La aprobación del plan de ajuste en el Senado y la esperada llegada de Monti al poder dieron ayer un nuevo respiro a Italia en los mercados. La Bolsa de Milán fue otra vez la mejor de Europa al subir un 3,78%, obteniendo así una ganancia de cinco puntos en los dos últimos días.

También le fue bien a la prima de riesgo, cuyo diferencial respecto al bono alemán se situó por debajo de los 456 puntos. El interés de los bonos a 10 años siguió descendiendo colocándose en el 6,48%, un 0,75% menos que el miércoles, cuando alcanzó su máximo histórico.