Argentina
La joven Brasil suspende en gol
Brasil fue de menos a más en la Copa América, pero cayó eliminado pronto, en los cuartos de final, con pocos goles y sin que apareciese el tan aguardado brillo de sus jóvenes estrellas, como Neymar, Ganso o Pato, en los momentos decisivos.
La selección brasileña llegaba a Argentina como defensora de los dos últimos títulos, por lo que caer en el primer cruce después de la fase de grupos, con una victoria en cuatro partidos es un resultado más que magro.
El seleccionador brasileño, Mano Menezes, tuvo que escuchar preguntas duras en la rueda de prensa por los resultados, pero prefirió fijarse en la evolución del juego, en ver la Copa América como una etapa en la carrera de fondo que supone el proyecto del Mundial de Brasil 2014.
Dos empates a cero enmarcan la actuación de Brasil en la Copa, aunque fueron muy diferentes entre sí. El primero, fue un soso debut, con ochenta minutos de hastío tras diez minutos iniciales de buen fútbol ante Venezuela; el último, un partido de dominio constante y numerosas ocasiones de gol claras ante Paraguay, aunque en este caso Brasil tampoco desbordó ni apabulló en exceso a su rival.
Mejoró la cara de los brasileños también con respecto a su segundo partido, un 2-2 ante el mismo adversario que le eliminó ayer, en el que estuvo a punto de perder y se salvó con un gol agónico de Fred en el último minuto. Aquel día el juego de Brasil fue mucho más plano que este domingo, sufrió horrores para mover la pelota y sus flaquezas defensivas quedaron al descubierto.
La pentacampeona del mundo tan solo pudo ganar a Ecuador (4-2), el único equipo que dejó jugar a los de Menezes y que no supo poner coto a las cabalgadas de Maicon por la banda derecha o atar a Neymar y Pato, autores de dos goles cada uno ese día.
Neymar llegaba a esta Copa América precedido de grandes actuaciones en el Santos, con la promesa de convertirse en una de las figuras del campeonato a la vez que ponía en ebullición el mercado de fichajes en España.
Neymar defraudó
Pero el balance de la joven figura brasileña ha sido mucho más discreto de lo que se esperaba. Ante Venezuela mostró sus habilidades, pero careció de profundidad muy aislado en el extremo izquierdo, una situación que empeoró en el segundo partido, en el que pasó inadvertido.
Frente a Ecuador, con un marcaje mucho más amable, pudo demostrar sus quilates y marcar dos goles, pero de nuevo aflojó y perdió fuelle contra un granítico Paraguay en cuartos.
Pato quizá ha sido el delantero más regular a lo largo de la competición, con ocasiones claras en todos los partidos y dos goles ante Ecuador. El portero paraguayo Justo Villar fue el responsable de que ayer no pudiese alargar su cuenta.
Ganso pasó bastante desapercibido, no asumió el rol protagonista que acostumbra a tener en el Santos. Si bien fue autor de varias asistencias de gol, pero por lo general fueron fáciles pases en corto. En los cuartos de final tuvo un rendimiento bajo.
Robinho, de menos a más
Robinho fue el reflejo de su equipo: comenzó tan mal que Menezes decidió no contar con él para el segundo partido. Entonces asumió como propio el rapapolvo del capitán, Lucio, que pidió seriedad y entrega a sus compañeros en una bronca pública, y se centró gracias a la experiencia en el banquillo.
Ante Ecuador mejoró y ayer firmó su mejor partido, en el que tuvo movilidad y generó ocasiones. Pero continuó su divorcio con el gol con la selección, una situación que se prolonga desde el Mundial de Sudáfrica.
Brasil nunca estuvo acostumbrado a meter pocos goles, a tantos empates a cero y menos aún a una situación inédita como la que le mandó a casa, el fallo de cuatro penaltis consecutivos en una misma tanda. Todo un suspenso en el gol que obligará a aplicarse para mejorar en esta asignatura en el curso entrante.
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