Difícil para Rajoy

Una situación con demasiados problemas es la que se encontrará Mariano Rajoy cuando acceda a la Presidencia, ya sea en noviembre o en marzo. El principal reto es la creación de tres millones de puestos de trabajo, tarea harto complicada, porque serán necesarias medidas duras con la consiguiente pérdida de calidad de vida. Nos conviene, a él y a nosotros, saber la verdad por cruda que sea. Así no se generarán falsas esperanzas. Destruir tres millones de empleos, se consigue en tres años, como ha quedado demostrado. Crearlos es un reto para una década. La responsabilidad del Gobierno es facilitar los mecanismos para que el tejido privado vuelva a tener la iniciativa y los empresarios emerjan como bastiones de la recuperación. Para ajustar nuestros balances con déficit cero en tres años, hay que poner en práctica tremendos recortes con los ingresos muy reducidos. Es lo que hay. La riqueza la generan quienes trabajan y quienes dan la oportunidad son los empresarios. El Estado se limita a ser un comisionista. Si el comisionista se para, el horizonte se nubla. El tejido privado debe tener y generar confianza. Rajoy dispondrá de todo para facilitarlo. No va a tener excusas. El mapa de España le otorga el poder local y el autonómico, y las próximas elecciones el estatal. Respecto al sistema financiero, contará con las Cajas. Se supone que, para entonces, reorganizadas como estructura financiera estable y dispuestas a participar positivamente en el mercado de trabajo. Y todo ello rompiendo radicalmente la tendencia al despilfarro. No sólo no habrá despilfarro sino que el gasto público sufrirá un recorte radical. Hay más: administraciones públicas, autonomías, terrorismo… Lo dejo para otro día. Así es la vida.