Barcelona
CiU celebra la «victoria histórica del catalanismo»
«Hoy tenemos el orgullo y el honor de poder decir que el pueblo de Cataluña ha puesto punto y final al tripartito». Con estas palabras, el director de campaña de CiU, David Madí, dio ayer por muerta y enterrada la alianza de izquierdas en la Generalitat, desatando la euforia de la parroquia convergente en el hotel Majestic de Barcelona, cuartel electoral por antonomasia de la federación nacionalista. «Es una victoria histórica del catalanismo», fue la puntilla que sirvió para convertir el Majestic en una olla a presión.
Madí compareció pocos segundos después de que TV3 hiciera público su sondeo con una sonrisa en la boca, porque pocos podían predecir una victoria tan relajada. No en vano, los nacionalistas consiguieron 62 diputados, casi duplicando al PSC, hundido en los peores resultados de su historia.
La nota de contención la dio el secretario general de la formación, Josep Antoni Duran Lleida, consciente de que la victoria de CiU no se traduciría en la mayoría absoluta que anhelaba la militancia convergente y que los sondeos iniciales apuntaban. «Nunca hemos pedido la mayoría absoluta, pero sí una mayoría amplia que nos permita gobernar cómodamente, y la hemos conseguido», exclamó Duran pocos segundos antes de proclamar a Artur Mas como «próximo presidente de la Generalitat». «Esta vez nadie lo podrá discutir», concluyó el socialcristiano entre gritos de «Mas president, Mas president».
«Prudencia y cautela» fueron las palabras más repetidas en los pasillos del Majestic a medida que avanzaba el recuento. En la retina de muchos aún estaban la lágrimas vertidas en las dos últimas contiendas electorales, en que la victoria no fue lo suficientemente amplia como para tomar las riendas de la Generalitat. Sin embargo, ayer las lágrimas estaban reservadas para la explosión de alegría.
Como recordó la número 2 de Mas, Joana Ortega, los catalanes han votado por una «campaña en positivo y con propuestas» cuando Cataluña está sumida en una «depresión» electoral y económica. Desde la federación, achacan su victoria y el aumento de participación a su campaña alejada de reproches y promesas fáciles.
Los resultados registrados ayer devuelven a la federación nacionalista a los tiempos de Jordi Pujol, cuando CiU no bajaba de los 59 diputados. En siete años, Mas y el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, han conseguido mantener unido a un partido como CiU, que desconocía el sabor de la derrota, durante su particular «travesía por el desierto». Con estos resultados, Cataluña volverá a ser la única comunidad autónoma con una fuerza nacionalista en el poder.
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