Barcelona

La ignorancia es atrevida por Toni Bolaño

La Razón
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La Trinca fue la primera en atreverse con las sevillanas en catalán. Ecos del Rocío las llevó el año pasado a «La Marató» de TV3. Carlos, Juanjo y José María nacieron en Cataluña. Son hijos de andaluces. Crecieron enamorados de la cultura de sus padres. No quieren, ni tienen ninguna intención, de renunciar a ella. Pero no se cerraron puertas y abrazaron la cultura de su tierra de acogida para hacerla suya. Sumaron lo andaluz y lo catalán. No serán los primeros, pero Carlos, Juanjo y José María abrirán la Feria de «los andaluces de Cataluña o de los catalanes de Andalucía», en palabras del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, con sevillanas y rumbas en catalán.

Con las letras de José María, Guadaljarafe, inaugurará la 41 Feria de Abril de Cataluña proponiendo un viaje en el tiempo hasta la niñez con «Cargol treu banyes», «Joan petit», «Sol solet» i «Baixant de la Font del Gat». Lo harán a ritmo de sevillanas porque, como dice el estribillo, son «canciones de mi infancia, populares de nuestra tierra, de la tierra catalana, y son para ti, para bailar, a ritmo de sevillanas».

La Fecac quiere que quede constancia de esta iniciativa y, poniéndose el mundo por montera, se ha atrevido a editar un CD. No pretende llegar al «top ten», pero sí hacer una muesca más en la construcción del crisol de culturas que es la Cataluña del siglo XXI.

En su intento de convertir la Feria en la Feria de Cataluña, Francisco García Prieto, presidente de la Fecac, recibe cada año críticas durísimas. Le retraen que la feria no es cultura y también que la Fecac es una entelequia. Realmente, la ignorancia hace atrevidos.

Las críticas ignoran que la Fecac es el epicentro de un sinfín de actividades culturales que permitieron descubrir, entre otros, a artistas como Mayte Martín o a Miguel Poveda. Ignoran que fomenta y patrocina la búsqueda de nuevos valores –catalanes– en el flamenco. Ignoran que durante años las hermandades rocieras de la Fecac llevan en procesión a la Virgen desde Cerdanyola hasta la ermita situada entre Ripollet y Montcada. Ignoran que las entidades locales realizan un gran trabajo en sus áreas de influencia. Enseñan a cantar y bailar a jóvenes, y no tan jóvenes. Participan en las fiestas mayores y de forma altruista llevan la alegría a las residencias de nuestros mayores.

La ignorancia es lo que tiene. Se niega a sumar valores. Prefiere despreciar y confrontar.