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Tiempo de propuestas no de quejas por Joan Rosell

La Razón
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Los empresarios consideramos que la huelga general, convocada por los sindicatos para hoy 14 de noviembre, es inoportuna, inadecuada e innecesaria porque no es momento de quejas en la calle ni de tensiones sociales, sino de aportar soluciones, propuestas y de adquirir compromisos. Una huelga general afecta gravemente a la actividad económica, al empleo y a la imagen exterior de España, lo que redunda en perjuicio de los proyectos que pudieran poner en marcha los inversores extranjeros en nuestro país. Si estos resultados son siempre perniciosos para la economía, en momentos como los actuales se convierten aún en más lesivos. Estamos inmersos en una crisis dramática en la que el número de personas en el paro alcanza cifras descomunales, en la que no hay crecimiento, en la que han desaparecido, desde su inicio en el 2007, más de 300.000 empresas, en la que constantemente debemos batallar con una prima de riesgo en niveles peligrosos y que, para reducirla, deberíamos obtener la credibilidad de los mercados.

Y si lo que buscamos es esa credibilidad, no parece que el recurso a la huelga sea algo que ayude a encontrarla. Como tampoco ayuda a incrementar la productividad y la competitividad de nuestra economía, de las que está tan necesitada.

Por lo tanto, no podemos quedarnos en la queja y el lamento. Los empresarios, por ello, proponemos soluciones a cuestiones tan esenciales como la reducción del déficit o la modernización de unas relaciones laborales anquilosadas en normativas muy antiguas, y, en ese sentido, el Gobierno ha dado pasos en la buena dirección. Los empresarios aportamos medidas que colaboren a seguir manteniendo las exportaciones, uno de los escasos sectores con datos positivos. Los empresarios llevamos a la mesa propuestas para impulsar la financiación algo fundamental para que las empresas y la economía en general puedan funcionar. Y potenciamos la investigación, el desarrollo o la inversión. Los empresarios ya estamos pensando en el día después de la huelga, en el día en que debemos seguir abriendo nuestras empresas, tras haberlas abierto el día de la huelga; atendiendo a nuestros clientes; pagando los salarios y los impuestos; colaborando en el progreso del país y esforzándonos por convencer a los sindicatos de que hay que proponer y negociar y no recurrir a una medida, la de la huelga,-a la que por cierto tienen derecho- pero que debería ser una última baza, tras haber agotado todas las vías de negociación.

Los sindicatos, en cambio, están en una tesitura de cerrazón. De, en cierto modo, un conservadurismo poco explicable. De querer mantener algo que no funciona, que no va acorde con los tiempos. De no darse cuenta que ya no puede acudirse, con la soltura con que se hacía antes, al gasto público.

Y además parecen olvidarse de que la convocatoria de huelga general afecta también al proceso de diálogo social. Un proceso que ha tenido en CEOE, CEPYME, UGT y CCOO, a unos protagonistas que han alcanzado acuerdos fundamentales para la economía y las relaciones laborales en España y que recientemente ha dado lugar a la firma del II Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2012, 2013 y 2014, conocido bajo la siglas de II AENC y la rúbrica del V Acuerdo sobre solución autónoma de conflictos laborales. En concreto, el II AENC ha traído consigo notables novedades que modernizan el sistema laboral español. Entre ellas, la moderación salarial y la flexibilidad interna de las empresas. Los empresarios consideramos muy importante que hoy se garantice el derecho al trabajo de aquellas personas que no secundan la huelga y decidan trabajar y que, al mismo tiempo, se cumplan los servicios mínimos pactados tanto en los distintos sectores esenciales para la seguridad, la salud y el transporte de los ciudadanos como los alcanzados en las distintas administraciones. Confiamos en que la jornada se desarrolle con civismo y que los sindicatos vean que no son tiempos de quejas sino de propuestas.
 

Joan Rosell
Presidente de CEOE