Pago a proveedores
Beligerantes en el Interterritorial por Sergio ALONSO
A los consejeros autonómicos de Sanidad se les presenta una ocasión de oro para pedir cuentas al Ministerio de Sanidad ante la bancarrota que sufren sus arcas. Bancarrota que se traduce en más de 11.000 millones de déficit en lo que llevamos de año, una deuda de 6.500 millones a proveedores de productos sanitarios y laboratorios; dificultades extremas para cubrir bajas o contratar personal; congelación de inversiones y de obras ya presupuestadas, y retrasos injustificables en el pago a un sector tan golpeado como es el de las farmacias. El foro con el que cuentan es el Pleno del Consejo Interterritorial, y en él pueden actuar de dos formas: mostrar su enfado por las secuelas que la errática marcha económica está causando en la Sanidad y las dubitativas medidas del Gobierno, o asistir complacientes al repaso de decretos, normas o estrategias insustanciales, y sestear cuando los altos cargos del Paseo del Prado les enumeren las medidas tomadas para atajar el gasto. Si optan por esta última opción, mañana tendrán una estancia más cómoda en Palma y no serán tachados, desde luego, de beligerantes. Esta postura demostraría, sin embargo, que no han aprendido de los errores pasados. El más reciente se produjo cuando todos aplaudieron de forma insulsa el decreto que iba a reportar a la Sanidad 1.500 millones de euros anuales de ahorro. Mucho elogio, mucha foto de familia, muchas buenas palabras, pero al final, el propio Gobierno tuvo que corregirlo sobre la marcha aprobando un tijeretazo de efectos fatales para los agentes del sector. Si repasan las hemerotecas, los consejeros se darán cuenta de que poco se sabe aún de aquéllos 1.500 millones y de que no hay contra el gasto medidas estructurales.
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