Atlético de Madrid
Torres no puede con su pasado
Fernando Torres estrenaba su presente enfrentándose a su pasado, al Liverpool que lo acogió hace tres años y medio como uno de los suyos. Para algunos sigue siéndolo, porque sus dos únicas oportunidades llegaron en dos «pases» de sus antiguos compañeros.
Primero fue Maxi el que le entregó la pelota en el borde del área. Coincidieron en el Atlético y en el Liverpool y el argentino no termina de verlo como un enemigo. Pero Torres lanzó fuerte y desviado. El segundo regalo, de Lucas Leiva, lo aceptó con más convicción, pero se cruzó Carragher para evitar que su disparo llegara a la portería.
Maxi pudo compensar su error, pero su remate en la línea de gol mandó la pelota al larguero.
Era extraño el día para Torres, que reconocía más a sus rivales que a sus compañeros. Antes del encuentro fue saludando uno a uno a los futbolistas de rojo. Durante el partido, no encontró ningún amigo entre los que vestían de azul. Ancelotti no sacrificó a ninguno de sus dos delanteros habituales. Anelka y Drogba estaban en el campo junto a Fernando y fue Malouda el castigado con el banquillo. Aunque el francés tuvo que retrasar su posición. Era un mediapunta por delante de un centro del campo sin ninguna capacidad creativa. Sin pases de calidad y sin espacios para correr, poco podía hacer Torres para que ganara el Chelsea.
Menos pudo hacer a partir del minuto 66, cuando lo sustituyó Kalou. Se marchó con el partido empatado a cero y sin muchas posibilidades de que aquello cambiara. Pero Meireles remató a gol tres minutos después un centro de Gerrard.
Fernando miraba ya el partido desde el banquillo, sin posibilidad de hacer nada para que el resultado cambiara. Prácticamente como el resto de sus compañeros. En el banquillo de al lado, Kenny Dalglish disfrutaba con la victoria, algo normal en sus tiempos de jugador, pero extraño en los últimos años.
«Es uno de los mejores del mundo»
La afición del Liverpool no ha asumido demasiado bien la marcha de Fernando Torres al Liverpool. Sin embargo, uno de sus capitanes, Jamie Carragher, demostró ayer su comprensión ante las inquietudes profesionales del «Niño». «Es uno de los mejores delanteros del mundo, pero los buenos jugadores van y vienen. Solíamos jugar contra Robbie Fowler cuando se fue al Leeds. No es fácil. Conoces su calidad», aseguró en Sky Sports. «Ya no está con nosotros y ahora tenemos que concentrarnos en nuestro equipo, hacer nuestro trabajo y eso es lo que hicimos».
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