Estados Unidos
La mosca de la fruta se reduce a la mitad en el campo valenciano
Es una de las plagas más peligrosas, puesto que hay países que no compran cítricos que la hayan padecido
VALENCIA- Mosca de la fruta o «Ceratitis capitata». Así es como se conoce a uno de los principales enemigos de los citricultores valencianos. Esta plaga lleva años asolando los cultivos de la Comunitat, si bien es cierto que se encuentra muy controlada gracias a los esfuerzos que se han realizado tanto desde la iniciativa pública como la privada.
Prueba de lo bien que está evolucionando la lucha contra este insecto es que, en estos momentos, la población de Ceratitis capitata es exactamente la mitad que la que había en septiembre de 2011.
La lucha contra las plagas y, en especial contra la mosca de la fruta o mosca del Mediterráneo, es fundamental, ya que es un factor que puede llegar a condicionar la exportación a mercados como el estadounidense.
La consellera de Agricultura, Maritina Hernández, indicó que este dato es muy positivo puesto que, de mantenerse esta tendencia habrá una menor población de mosca cuando empiecen a entrar en maduración las primeras variedades extratempranas, y por lo tanto, no comprometerá la calidad comercial de los cítricos ni sus posibilidades de exportación a otros países.
Intensa lucha
La estrategia para acabar con este insecto contempla la lucha biológica mediante la suelta de machos estériles, o la aplicación de tratamientos terrestres dirigidos en todas las zonas citrícolas mediante la utilización de vehículos «quads».
En concreto, han empezado ya a trabajar 37 automóviles de este tipo, adaptados al tránsito por las explotaciones y equipados con dispositivos de pulverización.
Asimismo, también se realizan tratamientos aéreos especialmente en las zonas en las que se concentra la producción de cítricos destinada a Estados Unidos, trampeos de captura masiva, utensilios quimioesterilizantes o trampas de atracción y muerte para los cultivos ecológicos.
La «Ceratitis capitata» es originaria de la costa occidental de África, donde viven especies muy cercanas. Desde allí se extendió a zonas con climas templados, subtropicales y tropicales de los dos hemisferios. Se le considera una especie cosmopolita por la dispersión mundial que actualmente tiene debida en gran medida al aumento del comercio mundial de frutas.
A pesar de su origen, se le suele denominar mosca mediterránea de la fruta, ya que es en estos países donde su incidencia económica en los cultivos es mayor. También se le denomina a veces simplemente mosca de la fruta. Uno de los mayores inconvenientes para su extinción, es la facilidad con la que se reproduce. Con una sola cópula, todos los huevos que pone la hembra son fértiles.
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