Periodismo entre sábanas

Parece mentira, pero hacer periodismo, en otra época, era algo muy distinto de lo que se hace ahora: nada que ver con el típico reportaje sobre el tema del momento ni con las clásicas preguntas y las obvias respuestas que el famoso de moda brinda en exclusiva en el corazón de un medio rosa. Que lo diga, si no, Gay Talese, que se formó en la redacción de «The New York Times», brilló en las páginas de «Esquire» y ejerció el periodismo como si se tratara de una de las bellas artes: claridad en la información, audacia en la construcción de un texto, sagacidad en la mirada, datos veraces y, por si fuera poco, una prosa exquisita, repleta de recursos que nada tenía que envidiarle a la narrativa que, por entonces, se publicaba en EE UU. Uno de sus primeros trabajos se convirtió en punta de lanza de una generación de futuros periodistas que empezaron a transitar por ambos géneros, pero unidos en el esfuerzo por escribir textos pulidos, claros, de calidad. «The Bridge», una completa investigación sobre el puente de Verrazzano, fue uno de los hitos del llamado nuevo periodismo: Talese se había valido del testimonio de todos los que habían trabajado en semejante proyecto.

El matrimonio se salvó
No fue necesario que se metiera en la cama de todos los americanos casi veinte años después para publicar «La mujer de tu prójimo», un libro que fue uno de los «best-seller» de 1981, y en los que hace una crónica de la revolución sexual entre finales de década de 1950 y comienzos de 1970. Diez años le llevó escribirlo. En ese tiempo vivió toda clase de experiencias que pusieron a prueba su matrimonio y rociaron de morbosidad su lanzamiento. «Procaz», lo llamaron en la Prensa. El libro fue uno de los más caros de la historia. Talese cobró 4 millones de dólares en anticipos. Su matrimonio sobrevivió.