Londres
«Trini» no pide cuentas a Londres por el expansionismo de Gibraltar
Se trataron las revueltas en el mundo árabe, la situación de Israel, de Afganistán y la cooperación con Latinoamérica. Pero lo cierto es que de Gibraltar se habló más bien poco. El tema del peñón pasó de puntillas durante la primera visita oficial de Trinidad Jiménez a Londres.
La ministra se reunió ayer con su homólogo, Willliam Hague, pero antes de meterse en el avión, desde Madrid ya habían dejado claro que no esperaba que del encuentro salieran novedades respecto del contencioso.
No es que los frentes abiertos sean escasos. La soberanía, la ocupación ilegal y las constantes campañas de acoso que las autoridades gibraltareñas ejercen sobre los pesqueros españoles eran temas suficientes para un largo té, pero no se consideraron prioritarios. En la breve rueda de prensa, la responsable de la diplomacia española se limitó a señalar que el Gobierno de Zapatero «no había cambiado su posición respecto del Foro Tripartito». Lo cierto es que la línea de la ministra sobre la reunión a tres bandas parece diferir de la de su predecesor en el cargo, y ni siquiera se esforzó por fijar una fecha para la reunión que tenía que haberse celebrado a finales de 2010. «Trini» reiteró que en los últimos años se han producido avances en fiscalidad, educación y cultura, y visados, pero que ha habido más problemas para llegar a acuerdos en los terrenos de la cooperación policial, judicial y aduanera, el medio ambiente, comunicaciones y seguridad marítima. «Estamos trabajando en ámbitos especialmente sensibles, en los que tenemos que hacer algunos progresos», matizó. Jiménez subrayó que desde Madrid se mantiene «una actitud constructiva y positiva» y recalcó que «las cuestiones que afectan a la soberanía son cuestiones que discutimos bilateralmente».
Por otra parte, pese a que en la rueda de prensa no se abordaron las denuncias recogidas por LA RAZÓN sobre la extensión de las gasolineras flotantes al este del Peñón, fuentes ministeriales señalaron que no les «consta», pero que si se «confirma» mostrarán, «como es habitual, su descontento a las autoridades británicas».
Iba de farol con Irán
La detención el lunes del cónsul español en Teherán, Javier Pérez Cambra, encendió los ánimos en Exteriores. La ministra convocó al embajador de Irán para que se explicara y lanzó un órdago: si no había una respuesta digna en 48 horas, el Gobierno llamaría a consultas a su representante en Teherán. Pues bien, cumplido ayer el plazo, todo apunta a que «Trini» iba de farol. Al cierre de esta edición, aún no se había producido la disculpa ni se había cumplido la amenaza. Mientras, la jefa de la Diplomacia se lo seguía pensando, Francia sacaba la cara por España y convocaba también al embajador iraní para protestar por lo sucedido.
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