Pitingo: «En Cuba me paraba mucho la Policía»

–«Malecón Street». Un disco de alma flamenca y corazón cubano. ¿Así tiene el alma y el corazón usted?
–Sí y no. Tengo más bien el alma flamenca y el corazón flamenco.

–¿Y el hígado?
–Bien, gracias. No lo castigo mucho: ahora las juergas flamencas son a las doce del mediodía y con coca-cola.

–Temas de su disco: «Nosotros». ¿Quiénes son los suyos?
–Mi familia siempre. Y en política, los del centro.

–«Guantanamera». ¿Se quedaría a vivir en Cuba?
–No. No puedo vivir sin mi flamenco y sin mis gitanos. Y sin libertad.

–¿Cuál de sus canciones dedicaría a Fidel Castro?
–«Tú me acostumbraste». Me acostumbró a que en Cuba me parara mucho la policía. No me dejaban entrar en muchos sitios (hoteles, salas...) porque creían que era cubano.

–Con lo poco que le debe gustar que le atosigue la «madera»...
–No me gusta nada, pero siempre he tenido imán para la «pestañí». Les atraigo. Aunque salgo con bien: no se puede ser gitano y tonto.

–«Tú me acostumbraste». ¿Una costumbre que quisiera perder?
–Fumar. Soy incapaz de dejarlo. También soy incapaz de hacer ejercicio.

–«Quizás, quizás». ¿De qué duda?
–Más que dudar, desconfío de la gente que se acerca a mí. Cuando te haces famoso eres como una mierda que atraes a muchas moscas.

–Ya, y le han hecho faenas...
–Muchas, y me he convertido en desconfiado. Ya sólo quiero a mi gente de toda la vida, los que nunca me van a fallar.

–Pitingo es presumido en romaní...
–Lo soy. Me arreglo aunque no vaya a salir de casa: me gusta verme bien, elegante y perfumado.

–Y con repelente para los moscones...