Los Ángeles
«Rock of ages»: Vaya cante Tom
Director: A. Shankman. Guión: J. Theroux, C. D'Arienzo y A. Loeb, según el libreto de D'Arienzo. Intérpretes: Julianne Hough, Diego Boneta, Tom Cruise, Alec Baldwin. EE UU, 2012. Duración: 123 min. Musical.
Si yo fuera metalero, pondría una demanda a los autores de «Rock of Ages». ¿Esa hortera y pegajosa selección de canciones pretende representar lo mejor del rock de los ochenta y noventa? ¿«More Than Words» es una canción rock? La operación de revival se apunta al carro de «Mamma Mia» (valga decir que con bastante menos sentido del humor) para facturar un musical de auge, caída y resurrección tan viejo como «La calle 42». La chica de pueblo que llega a Los Ángeles para triunfar, el chico de barra que quiere tener un grupo, el amor, el malentendido, el revolcón en el barro y el triunfo de lo auténtico. Chica y chico parecen haber nacido para convertirse en los nuevos Pimpinela y su registro vocal es tan limitado como el interpretativo. Están ahí para desplazar nuestra atención hacia los secundarios de lujo, especialmente Tom Cruise y Catherine Zeta-Jones.
Ella encarna con un aire en exceso cartoonesco, pero definitivamente divertido, a una Sarah Palin ochentera, una hipócrita guardiana de la moral que saca su peor cara para cerrar el supuesto templo del heavy metal. Pero es Tom Cruise como Stacey Jaxx el verdadero maestro de ceremonias de «Rock of Ages»: su parodia del estrellato demente no sólo resulta hilarante –sus dotes para la comedia hiperbólica quedaron demostradas en «Tropic Thunder»– sino que funciona, otra vez, como feroz autorretrato de la marciana fragilidad emocional de un actor en el que persona y personaje se confunden por decreto ley.
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