No hay caso por Julián García Candau

España está injustamente obligada a defender su honradez. Los italianos han montado la estrategia del amaño para denunciar una intención y no un hecho. Con tal presunción creen que los futbolistas españoles no querrán pasar por corruptos. La Selección está obligada a ganar por puro «fair play» y no porque se sienta presionada a causa de las insidias italianas. Por su condición de defensora del título no quiere desaprovechar ninguna ocasión para vencer.

En Italia han urdido la rocambolesca historia del empate a dos tantos con Croacia que les dejaría fuera. Ciertamente, alejarles de la competición favorece por su categoría, competitividad y experiencia en campeonatos. De los italianos no cabe fiarse. Es equipo que suelen ir de menos a más. No es el caso.

En un país en el que los amaños son frecuentes, como también las sentencias que ponen orden y justicia en el mundo futbolístico, son proclives a creer que lo que tal vez harían ellos lo pueden hacer otros. En Italia han olvidado que la mayor presión la está sufriendo España porque la instamos a no cometer errores, a refrendar su condición de favorita.

A los españoles no nos incomoda el resultado contra Croacia porque lo creemos victorioso. Lo que nos distrae no son operaciones maquiavélicas, sino las decisiones de Del Bosque. O lo que es lo mismo, la decisión sobre qué delantero centro va a alinear. Parece que en los últimos días la opinión pública se inclina por el verdadero y no por el falso.

Posdata. Celta, Deportivo y Valladolid. Recuperamos tres clásicos.