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El entretenimiento interno del PSOE

La Razón
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El PSOE lleva más de diez días contando por capítulos la pugna interna tras el pulso de Griñán a Rubalcaba, al que instó, en una entrevista publicada en LA RAZÓN, a que no se «atrincherara» hasta 2016. Chaves ha sido el protagonista en los últimos días. Primero cuando llamó a Griñán al orden para que cerrara filas con el secretario general del partido, después cuando la consejera de Presidencia le recordó que la «lealtad» tiene que ser de ida y vuelta y ayer, Chaves, señalando que le parece «un poco fuerte» que a él se le hable de lealtad después de su tiempo de servicio en el PSOE. Por partes. En primer lugar, tiene razón Chaves cuando dice que nadie de la actual dirección del PSOE-A puede reprocharle falta de lealtad. Chaves no fue un gran dirigente y la prueba es la herencia dejada en Andalucía, que sigue en el furgón de Europa. Sin embargo, sí supo mantener el «statu quo» y durante los 19 años que fue presidente de la Junta las disputas internas, que tan fuertes fueron en la etapa anterior entre guerristas y renovadores, quedaron calmadas. Lo segundo, y más importante, es que el PSOE-A no puede seguir afanado en cuitas internas más tiempo mientras la comunidad se desangra. Andalucía tiene una tasa de paro del 35 por ciento, el tejido productivo se mueve entre la marginalidad y la supervivencia, informes educativos como el PISA nos sitúan al nivel de Moldavia, Rumanía y Trinidad y Tobago... El PSOE está obligado a volcar todo su esfuerzo y dedicación en los andaluces.