Pinto
Paquita la madre de Alberto: «Es una injusticia»
Es un viernes normal en la localidad madrileña de Pinto, o casi. La gente hace la compra, pasea a sus hijos o trabaja, pero la aflicción o la indignación por el lío en el que está metido Alberto Contador, el héroe del pueblo, está presente
«Pon de mi parte que son unos cabrones», dice una vecina cerca del Ayuntamiento. «Es una faena, es un buen chico, al igual que su familia. Todo por un trozo de carne...», continúa. La plaza del Ayuntamiento está casi vacía. Hace apenas dos meses se encontraba repleta, llena de gente que acudió a recibir a su ídolo. Acababa de ganar el Tour por tercera vez. Mientras el alcalde de Pinto, Juan José Martín, mostraba su apoyo a Contador, uno de los trabajadores reconoce que es «un palo para el deporte... Y para la localidad».
Cerca de allí está el barrio de la familia de Alberto, donde pueden verse dos pancartas de apoyo al ciclista. «Estamos Contigo» y «Ánimo campeón», puede leerse. Algunos vecinos miran con extrañeza. En los últimos dos días han recibido visitas «raras», gente con cuadernos y cámaras de fotos o de televisión. Alberto ha querido proteger a sus padres y por eso no les dijo lo sucedido hasta justo antes de hacerse público. No quería que sufrieran. Lo hizo él solo, en silencio junto a su hermano Fran, que también es su mánager. «El ambiente del barrio es de dolor, de qué va a ser», asegura un hombre que sale de la casa de los padres de Contador. «Como llevan mucho sin ganar nada, los franceses están sacando estas cosas. Es injusto», interviene otro. Paquita, la madre del mejor ciclista del mundo, contesta por el telefonillo: «Echan por tierra el esfuerzo, el trabajo, la renuncia a la diversión y las ilusiones de una persona. Sólo entendiendo eso se puede saber lo que sentimos. Estamos consternados por cómo se ha tratado a mi hijo. El lema de nuestra familia siempre ha sido que podemos mirar a los ojos a los demás con la cabeza alta, sin nada que esconder». Aprovecha para hacer una crítica a algunas televisiones. «Han mostrado una falta de respeto al honor de mi hijo al decir de esa manera que ha engañado a la gente. Además, estuvieron llamando a la una de la madrugada, y más tarde, cuando mi otro hijo, que tiene una deficiencia, estaba durmiendo. También a él le han faltado al respeto». Alguna vecina calla porque para ella quien tiene que hablar «es él». Muestra ciertas dudas, pero la mayoría confía en Contador. Hay motivos para ello. «Alberto, estamos contigo», gritan desde los coches mientras se hace la sesión fotográfica para la entrevista. Una furgoneta incluso amaga con parar.
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