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Semana de pasión por Enrique Miguel Rodríguez
Nunca más cierto este nombre en toda Andalucía que tanto vive las vísperas de Semana Santa y que además las padece de forma aguda por las elecciones. Repasemos: los del PP y sus votantes, como decía la copla de Rafael de León, llamaron a la puerta de la gloria, pero no vino San Pedro a abrir, tan sólo por cinco escaños. Pasión con gloria agria.
Los del PSOE, que obtienen su primera derrota autonómica, pero con visos de poder seguir gobernando con la penitencia de pactar con esos primos lejanos y díscolos y además muy exigentes que es IU, con nombres en sus listas como Sánchez Gordillo o Torrijos. Algunos seguro que cantarán aquello de antes la muerte que vivir contigo.
Pasión de alfilerazos. Jaleados como triunfadores, me refiero a IU, pero sabiendo en su fuero interno que han pasado del hambre al mendrugo de pan. Vamos, lo de toda la vida, pan para hoy y hambre otra vez para mañana.
Pasión de ansiedad continua. Ya me dirán si toda Andalucía no vive más que nunca una semana de pasión. Una cosa que consuela mucho es que con la nueva ley del Gobierno, al menos si vuelven las grandes mariscadas que tanto prodiga IU, sabremos qué costó cada plato, cada gamba, cada cigala o lo que se dejó de propina. Porque antes sólo sabíamos que había sido una comida cara y esto te deja mucho más tranquilo.
Y ahora, la pasión de los decepcionados. No es necesario ser muy experto, ni cocinar encuestas ni recurrir al pasado para ver qué hicieron mal los dirigentes del PP, cuándo y dónde se equivocaron. La verdad es que la victoria estaba tan cantada que muchos cómodamente se quedaron en su casa. Porque todavía muchos no han aprendido que las elecciones se ganan voto a voto lo mismo que las audiencias radiofónicas oyente a oyente, así que querida amiga que estás sentada con otras en una terraza de la plaza de Cuba achacando la derrota del PP a la incultura, al pesebre, a tantas cosas que nos denigran, la verdad es siempre lo más sencillo. Es que de nuevo te digo, querida señora, usted y otros muchos no fueron a votar dando por hecho que en San Telmo ya estaba Javier Arenas y su buen equipo. Y eso sí que es una tremenda pasión.
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