Comienza el encuentro para el «diálogo nacional» convocado por Bachar al Asad

En el discurso inaugural, el vicepresidente sirio, Faruk al Chara, reconoció que "este diálogo no comienza en un ambiente cómodo, tanto en el interior (de Siria) como en el exterior"y subrayó que "el cambio de las leyes y las reformas normalmente no son fáciles".

En ese sentido, destacó que el diálogo nacional no es fácil y que no está disponible siempre para todos, pero que no habrá vuelta atrás en él.Y rechazó "la idea del no al diálogo", lema de la jornada de protestas antigubernamentales del viernes pasado, ya que, a su juicio, esa no es la petición del pueblo.

"Siria está en circunstancias que exigen valentía y razonamiento", afirmó Al Chara, quien apuntó que "las manifestaciones no autorizadas conducen a una violencia injustificada". El vicepresidente advirtió de que si hay más protestas habrá más víctimas entre militares y civiles, aunque indicó que "sin la sangre de los hijos de Siria no se hubiera celebrado este encuentro de consultas".

Por otro lado, denunció que existen "planes contrarios al país, preparados desde antes"y recordó la injerencia extranjera en los asuntos sirios."Si el pueblo sirio logra un cambio democrático pacífico sin intervención extranjera podrá curarse de sus heridas", aseguró.

También hizo mención a la aplicación de nuevas medidas que han sido adoptadas recientemente como el levantamiento del estado de emergencia que, según Al Chara, pueden convertir a Siria a un país avanzado.

El diálogo nacional, en el que participa un centenar de personalidades, durará dos días y en él está programado que se analicen reformas a la Constitución y la elaboración de una nueva Carta Magna, además de ofrecer una solución política, económica y social a la crisis siria, explicó la agencia de noticias Sana.

El pasado 20 de junio, en un discurso en la Universidad de Damasco, Al Asad invitó a este diálogo y destacó su importancia para salir de la situación actual en el país.Esa alocución coincidió con la intensificación de las protestas contra su régimen, que todavía continúan.

El pasado día 8, al menos diecisiete manifestantes murieron por disparos del Ejército y de las fuerzas de seguridad en distintos puntos de Siria en una jornada de protestas, bautizada como el "Viernes del no al diálogo".

Siria es desde el pasado marzo escenario de revueltas populares que se han cobrado la vida de 1.410 civiles y de 348 militares y policías, según el recuento del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.