Garbajosa no se rinde

El ala-pívot quería un contrato por lo que resta de campaña y una más, pero en Málaga no están para muchas alegrías. Con nueve partidos para el final de la primera fase y con el Unicaja inmerso en la lucha por acceder al «play-off», a Garbajosa le pueden quedar poco más de dos meses para intentar convencer a Sergio Scariolo de que sigue siendo útil para el equipo nacional.

El ex madridista llevaba desde el pasado 25 de enero sin sentirse jugador de baloncesto. El fichaje de Begic, la eclosión de Mirotic, la derrota en la final de Copa y la dimisión de Messina lo presenció sentado detrás del banquillo madridista. Garbajosa llegó al Real Madrid en verano de 2010 y lo hizo como uno de sus fichajes estelares. Su sueldo de millón y medio de euros así lo reflejaba. Esta temporada, con la llegada de las rebajas a la sección, se vio obligado a renunciar al 30 por ciento de su salario y se quedó en torno al millón de euros. Su papel en el equipo fue residual hasta que Messina decidió su baja.

En su marcha a Málaga el dinero es lo de menos. Él lo que quiere es volver a sentirse jugador y demostrar que sigue teniendo baloncesto y peso en el vestuario para disputar su sexto Campeonato de Europa. Garbajosa llega a un equipo que vivió su edad de oro con él en sus filas. En 2005 ganó la Copa del Rey con los malagueños y un año más tarde se proclamó campeón de Liga. En ambas competiciones fue elegido el Jugador Más Valioso (MVP) y fue la pieza clave en la consecución de dos de los tres títulos en la historia del Unicaja. Luego llegaron los Raptors, el Khimki ruso, el Real Madrid y el regreso a Málaga. Su primer partido en la vuelta al Martín Carpena será este sábado precisamente ante el Madrid.