ANÁLISIS Hay margen de mejora

¿ Qué persiguen las modificaciones del anteproyecto?
Se trata de incorporar a nuestro ordenamiento jurídico las últimas modificaciones operadas –1-1-2009– en el Código Mundial Antidopaje. Actualmente existe una incompatibilidad entre nuestra regulación nacional y la internacional, que no podía producir los efectos deseados en la actual Ley Orgánica 7/2006. Un desajuste que ahora se pretende corregir.

¿Es más dura o más laxa que la anterior ley?
Una ley no sabemos si ha cumplido el objetivo para el que fue aprobada hasta que no transcurra un tiempo prudencial. Las intenciones no van por la rigidez o la laxitud, son otras: aprovechar la homologación de nuestro ordenamiento interno, para hacer una «cirugía estética» que satisfaga las exigencias internacionales.

¿Se verá beneficiada la imagen del deporte español?
Nuestro deporte no necesita una ley para mejorar su imagen. Me duelen especialmente los casos como el de Contador. Siempre me ha preocupado más –y a la vista del Anteproyecto me sigue preocupando– el control de la «industria en torno al dopaje».

¿Salen beneficiados los deportistas o se han atendido las reclamaciones que algunos venían haciendo?
Se benefician de las garantías en el control. El caso de Contador ha marcado un antes y un después. Cuestionar las garantías en el sistema de control es tirar por la borda la seguridad jurídica en un Estado de Derecho. En el anteproyecto se dibuja un sistema algo más garantista, pero aún queda margen para mejorar. Nadal se venía quejando de los controles nocturnos y de los vampiros.