Diseñadores
Doña Letizia lleva los pantalones
Opiniones sobre protocolo aparte, la Princesa se apunta a uno de los «looks» imprescindibles de la temporada
La Princesa de Asturias, a tenor de sus últimas apariciones, quiere terminar con la idea errónea de que los pantalones son una prenda exclusiva del género masculino o sólo apta para lo cotidiano. Así lo ha demostrado en los últimos meses, en los que la hemos visto lucir, según las circunstancias, algunos de los pantalones más «fashion» del momento. Desde el «baggy pant» (amplio e informal), con los bajos remangados, que mostró en Palma este verano, hasta el ya imprescindible «sarouel» o «harem», cuya versión de Armand Basi ha llevado ya en un par de recepciones en el palacio de la Zarzuela.
Doña Letizia también escogió esta prenda de moda para asistir al desfile de las Fuerzas Armadas el pasado día 12. Hay quienes han puesto el grito en el cielo al afirmar que se saltó el protocolo, que si no estuvo a la altura de las circunstancias, que si el color no le favorecía… Pero la realidad es que, como viene haciendo en los últimos meses, la única interpretación que se puede extraer de ese gesto es su apuesta por la discreción y modernidad. Aviso a seudoexpertos en moda y protocolo: el pantalón ya no es una prenda tabú, en ningún caso, dentro del vestuario femenino. Ni siquiera en las ocasiones de gala, cuando el protocolo aconseja a las mujeres ir de largo, el pantalón deja de ser aceptado. Basta recordar la polémica suscitada el año pasado con Carme Chacón, ministra de Defensa, que acudió a la celebración de la Pascua Militar con un traje de pantalón. La etiqueta aconsejaba –el protocolo nunca impone, sino que aconseja y recomienda– ir de largo. ¿Acaso un pantalón como el que llevó la ministra no lo es? Ella acertadamente, cree que sí. Por eso volvió a vestirlo en la misma celebración de este año, así como en el desfile del pasado martes. Pero, ¿por qué todavía se interpreta que la falda o vestido, largo o corto, es siempre lo correcto para una mujer? No deja de ser incongruente que, en pleno siglo XXI, haya quien todavía enarbole esta idea como la única y más válida. Pero está claro que la Princesa de Asturias, sabiamente aconsejada y/o recomendada, no.
Un segundo plano
Como mujer trabajadora y actual que es, parece haber renunciado por completo a esa trasnochada idea de que siempre es mejor llevar falda. Y su penúltima muestra, que no será la última, ha sido el importantísimo acto que, presidido por los Reyes, aconsejaba a las mujeres ir de corto (significado coloquial: no ir, en ningún caso, «de tiros largos»), que no de cóctel, como se ha dicho, pues por «cóctel» se entiende un evento que se celebre a partir de las seis de la tarde. Además, según las normas de protocolo, «ir de corto» se puede entender como vestido corto, traje con falda corta o traje pantalón. Por tanto, una vez más se ha demostrado que la Princesa no sólo no incumplió el protocolo, sino que acertó por dos motivos: la opción del pantalón, una adaptación actual y moderna del «dress code» recomendado en este caso, es, además, una muestra de austeridad, seriedad y discreción. Unos conceptos que no se pueden reprochar, en ningún caso, a la Princesa. Quiso mantenerse en un segundo plano –aunque nunca pueda conseguirlo– en un acto solemne y en una situación complicada (crisis, abucheos y demás polémicas…). Pero, además, su «look» de Felipe Varela, formado por un pantalón gris de cintura alta y pierna ancha y con raya, y acompañado de una blusa de «georgette» de color nude, es uno de esos estilismos imprescindibles en esta recién comenzada temporada de otoño-invierno. La estética más elegante de la década de los 70, con la película «Annie Hall» (1977) dirigida por Woody Allen y protagonizada por Diane Keaton como fuente de inspiración, ha propiciado que desfiles como el de Chloé, Salvatore Ferragamo o Hermès sean referencias imprescindible en otoño en cuanto a esta tendencia «seventies» tan chic.
Discreto y funcional
Por tanto, la indumentaria de la Princesa no sólo puede ser considerada totalmente para la ocasión, sino que es propia de una mujer que sabe adaptar la moda a sus circunstancias. Incluso la combinación de colores escogida, gris y nude, fue todo un acierto, pues es un mix cromático que, esta temporada más que nunca, se identifica directamente con la elegancia y discreción. Precisamente algo que, según han comentado en sus círculos más íntimos, se presenta como uno de sus más firmes objetivos: pasar lo más desapercibida posible, sin obviar su inevitable relevancia y obligaciones, con un vestuario más discreto y funcional. Doña Letizia se reafirma: desde ahora, es ella quien lleva, y llevará, los pantalones.
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