Deuda Pública
No es mala decisión por Juan RUBIO RAMÍREZ
El Banco Central Europeo ha subido los tipos de interés 25 puntos básicos por primera vez en casi dos años. Es el primero de los grandes bancos centrales que lo hace y puede que no sea la última de las subidas que nos espera en un horizonte no muy lejano.
Dado que Portugal acaba de convertirse en el tercer país de la zona euro que pide ayuda financiera a Bruselas, esta decisión podría parecer una sorpresa, o una imprudencia. A mí no me parece ni una cosa ni la otra.
La inflación en la zona Euro llegó a cotas superiores al 2.5 % en marzo. Como es bien sabido el objetivo prioritario del Banco Central Europeo es mantener la inflación por debajo del 2 %. Por tanto, desde este punto de vista, la decisión parece más que justificada. De todas formas, alguien podría argumentar que, dada la precaria situación de muchos países de la zona Euro, no sería descabellado dejar que la inflación subiera por encima del objetivo hasta que la recuperación se solidificara. Ese argumento parece razonable, pero olvida algo que, a mí, me parece muy importante. Una de las mayores virtudes del Banco Central Europeo es que, desde su creación, ha conseguido mantener las expectativas de inflación futura ancladas en el 2%. Si la inflación se mantiene por encima de esta marca durante demasiado tiempo, podría darse el caso de que las expectativas de inflación perdieran su anclaje.
De suceder, podríamos encontrarnos, en un futuro no muy lejano, en una posición parecida a la que halló Volker en el verano de 1979 cuando, al llegar a la Reserva Federal, descubrió que las expectativas de inflación estaban por las nubes. Y todos recordamos lo costoso que fue, tanto en términos de empleo como de crecimiento, volver a anclarlas.
Juan Rubio Ramírez
Investigador de Fedea y Profesor de la Duke University (USA)
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