«No hay desafíos imposibles»

El Real Madrid de baloncesto, con su visiblemente emocionado presidente a la cabeza, Florentino Pérez, ofreció ayer a los madrileños el título de la Copa del Rey conquistado el pasado domingo en Barcelona, que llega tras una larga espera de diecinueve años. Primero en el Ayuntamiento, recibidos por la alcaldesa Ana Botella, quien en su mente deportiva sueña con la candidatura para los Juegos Olímpicos Madrid 2020 y reseñó que este éxito es un «activo más» para tal fin. La siguiente parada, antes de retirarse a preparar la vital cita europea de hoy ante el Unicaja Málaga (20:45, Palacio de los Deportes, Teledeporte), fue en la sede de la Comunidad. Allí Esperanza Aguirre, siempre con sus máximos deseos, animó al equipo «a ganarlo todo». Un guante que recogieron tanto Florentino Pérez como Carlos Suárez, cuando le llegó el micrófono ante los aficionados congregados: «Como ha dicho el presidente, ahora vamos a por la Liga y, por qué no, a por la Euroliga».
Florentino Pérez reconoció que esta victoria se ha hecho esperar mucho tiempo, por lo que ha reconciliado a la entidad blanca «con la historia y con el baloncesto», al tiempo que alabó «la mentalidad, la capacidad de esfuerzo y la ilusión» de la plantilla. «No hay desafíos imposibles», dejó dicho en su genérico discurso, pues su reflexión lo era también del equipo de fútbol.
«El título de Copa es muy especial porque volvéis a liderar la clasificación como club con más títulos de Copa del Rey, 23», elogió Aguirre, quien entregó una placa conmemorativa del título copero y a su vez el club le regaló una camiseta con el nombre de Esperanza impreso. Y hubo otra para Ana Botella.