Huelga de estibadores

Cruzada antibotellón a golpe de talonario

Desde esta madrugada, las multas parten de 500 euros y no podrán sustituirse por cursos

La Razón
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Madrid- Desde hoy, los habituales del botellón lo tienen realmente difícil. Especialmente si no están dispuestos a rascarse el bolsillo. La ley para combatir esta opción de diversión entre los jóvenes se endurece y las multas, también. Y es que hoy entra en vigor la modificación de la Ley de Drogodependencia que forma parte de la Ley de Dinamización de la Actividad Comercial, aprobada el pasado 7 de junio. La sanción por practicar el botellón en la vía pública será como mínimo de 500 euros.

Si con la anterior legislación las multas se movían en una orquilla de entre los 300 y los 30.050 euros, con la nueva se pagará el doble: 500 euros para los menores de edad y con al menos 600 euros para los que tengan, al menos, 18 años. Para los reincidentes, la cuantía de la multa se multiplicará, al elevarse en 500 euros por cada una de las reincidencias. La ley también contempla un descuento de un 40 por ciento para quienes la paguen en los diez primeros días. Además, esta nueva norma no permite la posibilidad de evitar la multa por otras vías. Hasta ahora, si un policía municipal sancionaba a una persona por practicar botellón, podía sustituir la sanción por un curso sobre los riegos del alcohol y las drogas o por la realización de prestaciones en beneficio a la comunidad. Los ayuntamientos serán los encargados de llevar a cabo el procedimiento sancionador.

La modificación de esta ley cuenta con el apoyo rotundo de la Cámara de Comercio de Madrid. Desde esta institución se insiste en que lo importante es que ahora sí existe «un instrumento jurídico para erradicar» comportamientos incívicos como el botellón, que causan importantes perjuicios a determinados entornos de las ciudades, a los establecimientos de ocio nocturno y a la calidad de vida de los vecinos que residen en las zonas en las que es frecuente este fenómeno.

La Plataforma por el Ocio y el Turismo de Madrid también se muestra satisfecha por esta reforma y considera que debe ser «un punto inflexión en la lucha contra el ruido para la puesta en marcha de un verdadero plan de lucha» contra la contaminación acústica. El grupo de representantes empresariales subraya que su esperanza está «depositada en la progresiva desaparición del fenómeno del botellón y en la «persecución implacable» de los lateros para que el ocio nocturno deje de ser «el gran sufridor» de estos fenómenos.