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Tiempo de autocrítica

El Barcelona se atasca lejos de casa y Guardiola no encuentra soluciones. Ocho goles en seis partidos a domicilio. En el Camp Nou, 30 en siete

LEO MESSI personifica la frustración que sintió el Barcelona en Getafe
LEO MESSI personifica la frustración que sintió el Barcelona en Getafelarazon

BARCELONA- Los aficionados al deporte en Estados Unidos son unos amantes de las estadísticas. Los números lo son casi todo a la hora de analizar jugadores y partidos. Por eso el fútbol no acaba de cuajar al otro lado del Atlántico. En el fútbol intervienen muchos factores y no se puede hacer un análisis a partir de una sola cifra, aunque a veces éstas ayudan a hacerse una composición de lugar. Es el caso del Barcelona.

El Camp Nou está viviendo una temporada casi histórica. Los azulgrana han disputado siete jornadas de Liga ante su público, saldadas con seis victorias y un empate. El balance goleador es demoledor: 30 goles a favor y ninguno en contra. Pero este Bar-ça es el mismo que se atasca cada vez que juega lejos de casa. El mismo que encaja goles con más facilidad y el mismo que suda sangre para batir a los porteros contrarios. Juegan los mismos jugadores y el sistema es el mismo. Encontrar una explicación a lo que está sucediendo está provocando que Guardiola se convierta en el mejor cliente de Bayer.

Venía avisando el conjunto azulgrana de que algo no iba bien. Empató al final en Valencia y Bilbao y doblegó a Sporting y Granada por la mínima. En Getafe seguramente no mereció perder, pero tampoco ganar. La brillantez que se alcanza en el Camp Nou se queda en Barcelona cuando toca viajar.

Hay detalles a través de los cuales se podría explicar la diferencia de resultados, pero no son suficientes para componer una teoría veraz sobre lo que sucede. Sí; muchos rivales dejan el césped más alto para dificultar la circulación del balón. Sí, algunos arbitrajes como el de Valencia y el del sábado han perjudicado a los intereses azulgrana. Y sí, el Barça ha jugado más partidos que ningún otro equipo. Pero todo esto sumado lo compensa una plantilla millonaria y un técnico que lo ha ganado todo en las tres últimas temporadas. El análisis debe ir mucho más allá y en eso están los técnicos.

Guardiola implantó a su llegada, junto al equipo de preparadores físicos del club, una manera muy concreta de trabajar la forma física de su plantilla. El objetivo es llegar a tope al mes de noviembre y volver a alcanzar un estado óptimo en febrero, cuando empieza a jugarse la temporada. Este año, varias lesiones han impedido al Barça alcanzar esa velocidad de crucero en lo físico.

Alexis ha estado casi tres meses sin jugar y no ha podido integrarse en la dinámica de juego como esperaba Guardiola. Piqué y Puyol apenas han podido ejercer como centrales por culpa de diversos percances. Iniesta ha vuelto a entrar en una espiral de pequeños problemas musculares que le impiden coger el ritmo ideal. Todo ha influido para que Guardiola se haya visto obligado a hacer más rotaciones de las habituales, lo cual ha derivado en continuos cambios tácticos.

El lado positivo para los azulgrana es que el vestuario parece blindado a las críticas y confiado en remontar el vuelo. «Este equipo no baja los brazos ni tira la toalla jamás. Falta mucho por jugarse y restan dos enfrentamientos directos», ratificaba ayer esperanzado Dani Alves.


Iniesta entrena con el grupo
En el calendario del Barcelona no hay lugar para la pausa. Los azulgrana disputarán mañana una nueva jornada de Liga, reciben al Rayo Vallecano en el Camp Nou. El choque pertenece a la jornada 17ª del campeonato y se ha avanzado porque en esas fechas los azulgrana estarán en Japón luchando por su segundo Mundial de Clubes. Tras perder su imbatibilidad en Getafe, la plantilla se ejercitó ayer en la ciudad deportiva «Joan Gamper» con la mente puesta en la visita rayista. La sesión trajo algunas notas positivas para Guardiola, como que Iniesta y Cesc se ejercitaron con normalidad junto al resto del grupo. Era la primera vez en muchos días que se podía ver al de Fuentealbilla, baja en San Siro y Getafe, junto a sus compañeros. El jugador de Arenys, por su parte, fue baja de última hora en el Coliseum por unas molestias que ya ha superado.