Estados Unidos
El castigo de jugar para nada
Después de cinco años con alguna medalla colgada del cuello, y de seis luchando hasta al final por ellas, España dio un paso atrás. Por primera vez desde los Juegos Olímpicos de Atenas, en los que fue séptima, la Selección de baloncesto no está entre los cuatro mejores del mundo o de Europa. El triple de Teodosic fulminó drásticamente las esperanzas de una recuperación a tiempo del juego de un equipo que nunca ha mostrado en Turquía el nivel suficiente para repetir el oro conseguido en Japón.
Sin tiempo para olvidar la decepción llega el «castigo» que el sistema de competición de la FIBA reserva para aquellos que se quedan cerca del podio. El torneo obliga a que los equipos derrotados en cuartos se enfrenten para definir los puestos que van del quinto al octavo y que no interesan ni a los encargados de hacer los archivos estadísticos.
Con las lágrimas de Garbajosa todavía presentes, la «Roja» vuelve a la pista, aunque no a competir, hoy ante Eslovenia, a la que Turquía dejó fuera en la misma estación que España se bajó del Mundial. La profesionalidad y el orgullo son la única motivación que tienen los jugadores para ponerse las zapatillas, mientras otras cuatro selecciones, en el mismo pabellón, ocupan uno de los lugares que desde hace seis años siempre era español.
- A falta de juego, Durant. Estados Unidos no falló ante Rusia (89-79) y ya está en semifinales. El resultado fue bueno para los de la NBA, pero las sensaciones que dejó su juego, no tanto. Turquía o Serbia tienen todo el derecho a pensar que la medalla de oro es posible. No hubo paliza y Rusia, con mucho más orden táctico, aguantó más allá del descanso y estuvo por delante durante algunos momentos. El talento de Durant (33 puntos) y compañía decidió el choque.
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