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Memorias para el Pla
La convivencia en una casa con doce hermanos es, en sí misma, una gran lección de supervivencia, y si a este contexto añadimos la Cataluña de posguerra, entonces el drama puede alcanzar tintes épicos. El periodista Rafel Nadal recibió ayer el Premi Josep Pla, dotado con 6.000 euros, por las memorias «Quan erem feliços», en las que rememora sus años de infancia, cuando era uno más entre una docena de niños, en un recorrido emocional y panorámico de lo que es una familia numerosa y las tensiones de todo tipo que crea.
Con pinceladas de humor, pero sin evitar los puntos candentes, Nadal se sumerge en el drama íntimo de la familia, el primer microcosmos del que tenemos consciencia y el gran telescopio con el que miraremos al mundo de fuera. El periodista convierte estas memorias en una trepidante narración, a medio camino de la novela folletinesca, en que tanto caben los enredos burlescos como las pequeñas tragedias cotidianas o los dramas, todo entretejido con una época convulsa, la de los años 50 y 60, en el pequeño pueblo de La Fosca, en Girona, donde el autor vivió sus primeros años. «Es una novela autobiográfica basada en las peripecias de dos hermanos en la Cataluña de posguerra», afirmó, así como «una mirada infantil hacia la pequeña burguesía de provincias».
Una forma de vida
Rafel Nadal nació en Girona en 1954 y ha dedicado toda su vida al mundo del periodismo. En los años 70 fue corresponsal en París de publicaciones como «Cata-lunya/Express» o «Prisma Económico Internacional». En los primero 80 pasó por las redacciones del diario «El Punt» y «El periódico de Catalunya», desde donde dio el salto a «El país» como jefe de sección y al «Diario de Barcelona» como subdirector. En los años 90 volvió a «El Periódico de Catalunya» como subdirector de contenidos no diarios y responsable del lanzamientos de suplementos y nuevas ediciones. Durante años estuvo unido al diario del Grupo Zeta desde diferentes responsabilidades hasta que en 2004 sustituyó a Antonio Franco como director, cargo que abandonó en 2010. Actualmente es colaborador de «La Vanguardia» y participa en diferentes programas de TV3 y RAC-1.
Su faceta literaria se inició el año pasado con la publicación de «Els mandarins» (L'Arquer), ensayo en el que analizaba a personajes poderosos que él había conocido por sus responsabilidades profesionales, como Pujol, Maragall, Zapatero, Rajoy o De la Rosa. Estas memorias abren un nuevo camino en su andura profesional y demuestran el talento narrativo, el gusto por el detalle y la capacidad de análisis de un periodista dotado de una gran capacidad de observación. El Hotel Palace de Barcelona volvió a ser el escenario de la gala de entrega del galardón, que este año alcanzó su 44 edición. «El recuerdo que tendré de este premio será parecido al que tuve de niño cuando quedé encerrado en la pastelería Puig de Girona», concluyó Nadal.
Una comida con el escritor ampurdanés
Nadal es uno de los pocos ganadores del Premio Pla que conoció personalmente al escritor de «El quadern gris». Las anécdotas de aquellos encuentros los relata en un capítulo del libro «Els mandarins», como la vez que quedaron para comer pocos días después de que Pla recibiera en calzoncillos en su habitación de hotel a los Reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, en aquel entonces Príncipes.
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