España
«The tourist»: Depp y Jolie desde Venecia con amor
Dos metros largos mide el director nacido en Alemania Florian Henckel von Donnersmarck. Parece el apellido de un noble o el de la mejor cerveza de su país.
El autor de la aclamada «La vida de los otros», con la que debutó en 2006, ha cambiado totalmente de manivela ya con dinero americano en el bolsillo para rodar «The tourist», un «thriller» mitad acción mitad comedia romántica que se desarrolla en Venecia con Angelina Jolie y Johnny Depp. El álter ego de Tim Burton mide exactamente 27 centímetros menos que el gigante cineasta, pero da igual, es más guapo. «Yo quería hacer una película que fuera como un regalo de Navidad para los espectadores, algo ligerito, lejos de lo profundo y lo oscuro. Se trata de un universo bastante distinto al de mi cinta anterior», comenta Von Donnersmarck, un tipo muy simpático. Con las ideas claras: «Pretendí que el público disfrutara, ponerlo de buen humor gracias a la belleza, y creo que lo he logrado». Junto a Von Donnersmarck visitó también Madrid en olor de multitudes la extremadamente delgada y traslúcida Angelina Jolie. Todo cabeza y labios, la intérprete no parece, sin embargo, tan rara como decían: «El personaje que encarno se trata del más elegante con el que me he topado hasta ahora, por eso intenté mostrarme muy femenina», comenta la esposa de Brad Pitt, que no pierde los pantalones de milagro, así le bailan en las caderas. Depp, eterno Capitán Sparrow, está moreno, probablemente por el rodaje de la última entrega de sus «Piratas del Caribe»: «Para mí este papel suponía un reto, porque es un hombre que puede ser considerado por la sociedad de hipernormal, aunque posee también pequeños tics».
Una mujer peligrosa
En «The tourist» encarna a un profesor de matemáticas americano que viaja por primera vez fuera de EE UU y en cuyo camino se cruza Elise, una misteriosa dama. Que tiene mucho peligro y más pasado todavía: «A pesar de ello, la sigue buscando cuando lo abandona, incluso aunque pueda estar en riesgo su propia vida. Bueno, yo veo lógico que lo haga un joven que viaja solo y de pronto una mujer como Jolie se le acerque... Por ella afrontaría cualquier reto, y contento». Poco sabemos de Elise, salvo que es inglesa: «Para preparar mi acento oímos varias voces británicas hasta que dimos con una sexy y glamurosa», afirma Jolie, quien confiesa que no conocía personalmente a Eduardo Manostijeras, «ni habíamos trabajado nunca juntos. Sin embargo, tenemos en común que nos gustan los niños». Ella ya tiene seis («me resulta más placentero hacerles el desayuno que mi profesión, aunque es complicado, porque cada uno quiere comer una cosa distinta y ensucian mucho...», subraya Jolie). Y, apunta Depp desde debajo de un encantador sombrerito, que «los dos admiramos a este realizador, no podía creerme que su primera película fuera tan potente». Jolie prosigue con los elogios: «El guión me pareció dulce y agradable... Hacía falta alguien con una cultura europea para comprenderlo, y Florian nos enseñó a entenderla». Somos muy raros, sí.
Pero no tan extrafalarios como Johnny Depp, que venía engalanado con unos cuantos collares y pulseras exóticos. A él le sienta bien todo, hasta la barba y los pelos descuidados: «Algunos dicen que parezco un cerdo, y la mayoría de las veces podría ser... Ignoro lo que me pasa, por qué voy así, y me asombra que aún me contraten...», comenta medio en broma. Mientras, a Jolie una mujer le acaba de entregar en medio de la rueda de prensa un ramito de flores de parte de una ONG. La estrella se levanta, lo recoge y, flaquísima, sonríe. Quién diría que en el pasado fue una mala chica... Depp, que reconoce tener «grandes amigos» en España y gustarle nuestro vino («y a Brad Pitt»), asegura que visitará el «Guernika» (no mentía, fue), porque frente a ese cuadro «entras en otra dimensión espacio temporal, resulta tremendamente inspirador...», señala este gran amigo de Bardem y Penélope Cruz.
«Remake» del filme francés «El secreto de Anthony Zimmer» (2005, Hollywood cada vez resiste menos), reconoce Jolie que ni siquiera vieron la original, ya que «nos propusimos que fuera una cinta distinta, con nuevas energías y sensaciones». Nominada a los próximos Globos de Oro en los apartados de mejor película, actor y actriz de comedia o musical, el protagonista de «Charlie o la fábrica de chocolate» revela que «aprecias el reconocimiento, pero no esperas nada. Que la nominen ya me parece suficiente, no hace falta ganar nada». Sabe de lo que habla: incomprensiblemente, Depp ha optado a tres Oscar hasta ahora (fue por «Sweeney Todd», «Descubriendo Nunca Jamás» y la primera entrega de «Piratas...»), pero no ha obtenido ninguno.
Un polémico debut
Y hablando de temas delicados, alguien le pregunta a Jolie por el polémico rodaje de su debut como directora, «Untitled Bosnian War Love Story»: «Fue una experiencia extraordinaria, la crítica vino por parte de gente que no tenía ni idea de lo que cuenta la historia, sólo especulaban. El "casting"fue local, la hemos hecho en inglés y en el idioma nativo, la realizamos por ellos y para ellos», se defiende con calma Jolie. Depp, que debutó detrás de la cámara en 1997 con «The Brave», asegura que, de repetir la experiencia, «lo haría sin estar yo también de actor, ver mi cara durante todo el tiempo me ponía malo...». Y revela asimismo que «uno aprende cada vez que actúa. Cuando participé en "Miedo y asco en Las Vegas"(1998) me hice muy amigo de Hunter S. Thompson, a quien interpretaba. Nos fuimos a vivir un tiempo juntos para saber cómo era. Me comporté igual que una esponja, absorbiéndolo todo. Él era hipersensible, lo que me provocó una especie de mecanismo de defensa... Luego me sentí seguro en ese papel.Los personajes nunca se abandonan completamente, y con ellos me he protegido en determinados momentos de mi existencia. Tengo un cajón lleno. Supongo que no debe resultar demasiado bueno para la salud mental, pero ahí los tengo a todos. Lo mismo me lo hago mirar...». Quién fuera psicóloga.
Y brad apareció
Tan frágil y grácil como etérea (dicen quienes la vieron así de cerquita que parecía casi transparente de puro delgada), Angelina Jolie no se decidió a viajar sola a Madrid para presentar «The tourist» y eso que le acompañaba un impresionante pirata de la talla de Johnny Depp. Como es habitual en sus desplazamientos para promocionar sus nuevos trabajos, la madre de familia llegó junto a su esposo Brad y sus hijos. La tribu de los Pitt-Jolie visitó algunos de los lugares más turísticos de la ciudad, aunque de los niños no hubo imagen que llevarse a los ojos. La actriz expresó en el encuentro que mantuvo con la Prensa su deseo de visitar el Museo del Prado y probar las delicias de las gastronomía nacional. Y para que hubiera constancia de que la familia que viaja unida permanece unida (rumores aparte, que el runún no cesa) posó de la mano junto a su pareja, los dos tan guapos como acostumbran. Depp, por el contrario, pañuelo al cuello y vaqueros rotos y desgastados (pero igual de estupendo o más), decidió volar solo hasta la capital de España y dejó a la familia en tierra. En cuanto dio esquinazo a la nube de fotógrafos que le pisaban los talones a él y a Angelina se acercó al Museo Reina Sofía, donde contempló largamente el «Guernica» y se interesó por Dalí. Los Pitt-Jolie pasan las navidades en Namibia junto a sus seis hijos. Allí han hecho las compras para estos días y reponen fuerzas de cara al nuevo año.
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