Finanzas
La manzana podrida que contagió al mundo
«Los riesgos en los mercados financieros están siendo regulados por el sector privado. No hay nada "per se"en la regulación federal que la haga superior a la regulación por el mercado». Estas palabras las pronunciaba el ex presidente de la Reserva Federal de EE UU Alan Greenspan en 1996. Algo más de diez años después, la realidad financiera de EE UU, ahogada por las deudas de las hipotecas basura, le quitaba la razón. Sobre este error, desencadenante de la crisis económica mundial, reflexiona el experto en Economía Luis de Velasco en «No son sólo algunas manzanas podridas» (El Viejo Topo Ediciones).
Políticas equivocadasEn este ensayo, De Velasco defiende que la responsabilidad de lo ocurrido está repartida, ya que «fue un proceso muy largo en el que intervinieron dos partes: lo que llamo Wall Street, es decir, el sistema bancario, y sus "banksters", los capitanes de grandes empresas financieras. Por otra parte, la falta de acción de las instituciones, que no regulan. Desde la época de Reagan se instauró la idea de que los mercados financieros son perfectos, y si no lo son, no hay que intervenir. El primer defensor de esta política fue el propio Alan Greenspan», explica el autor. Pero, según De Velasco, existen otras causas relevantes a las que no se les ha prestado atención: «Una de ellas es el papel de las agencias de calificación en la burbuja inmobiliaria, que recomendaron las hipotecas basura. Pero todavía menos se ha hablado de los paraísos fiscales, que fueron indispensables para que la crisis se desarrollase, y no se está haciendo nada en este sentido. Debe existir una voluntad política para enfrentarse a determinados intereses», explica. Por ello, el autor insiste en que «con este libro no pretendía hacer un tratado de macroeconomía. Me he centrado en la economía política institucional. Sobre este tema hay mucho publicado en inglés, pero no en español», asegura. Con todo, el autor todavía confía en el papel de las instituciones, sobre todo para no volver a tropezar con la misma piedra: «Un control mayor ayudaría. Todos, incluso Obama, lo admiten, pero del dicho al hecho... Los bancos de inversión, «hedge funds», fondos de inversión y productos derivados patrocinan las campañas políticas, lo que lo hace bastante complicado». Sin embargo, también advierte de que «la memoria es muy frágil. El susto ha sido importante, pero no es descartable que, si no se toman medidas serias, se pueda repetir».
«No son sólo algunas manzanas podridas»Luis de VelascoEl viejo topo ediciones 208 páginas 18 euros
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