África

Londres

Los aliados no logran un acuerdo en Doha sobre cómo echar a Gadafi

Si algo ha dejado claro la reunión de los ministros de Exteriores en Doha para desatascar el conflicto libio es precisamente que hay divisiones entre los grupos de contacto para buscar una solución. Las mismas, si cabe, que en el seno de la OTAN.

028NAC14FOT2
028NAC14FOT2larazon

Los delegados discutieron ayer si era preciso armar a los rebeldes e incrementar los ataques aéreos, dos constantes que han sacado a relucir París y Londres, que piden más bombardeos aéreos internacionales para equilibrar la situación y permitir que los rebeldes puedan lograr avances significativos en el terreno bélico. Otro de los temas de discusión fue la creación de un fondo con los bienes libios congelados para ayudar a la oposición que trata de derrocar al coronel Gadafi.

Pero para el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, el desastre humanitario causado por la guerra fue su mayor preocupación. En la reunión, el secretario de la ONU subrayó que más de la mitad de la población, seis millones de habitantes, podría necesitar asistencia. Sin embargo, el asunto de mayor fricción fue sin duda el papel militar de la Alianza en Libia. El ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, pidió a las fuerzas de la coalición una fuerte presión militar sobre las tropas del régimen para convencerlo de que no hay otra salida, mientras que otros países que mantienen su distancia del campo de batalla, piden el cumplimiento de la resolución de la ONU, que excluye armar a los civiles o reforzar las fuerzas allí.

«Debemos mantener una presencia militar robusta para convencer a Gadafi de que no hay otra salida», aseveró Juppé, antes de agregar que «está claro que el coronel debe irse», pero no sin antes una «solución política». Por otra parte, la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, explicó que un diplomático español se encuentra ya en Trípoli para negociar la liberación del fotógrafo asturiano Manu Brabo, retenido por los gadafistas. España contará además con un representante ante el gobierno rebelde de Bengasi que hará las funciones de «embajador».