OPINIÓN / World circus: dos pistas

Sin otra ciencia jurídica que la empatía con el victimado, se comprende que la familia Del Castillo desee evitarse el trago de enfrentarse en dos citas distintas a los verdugos de su hija. Pero el Derecho Procesal carece de sentimientos. Hay un menor implicado y temen el ejemplo de El Rafi: para siempre impune su crimen monstruoso y hoy delincuente habitual reconvertido en una especie de héroe romántico por alguna emisora de televisión sin escrúpulos. ¿Cuánto tardaremos en ver a este pájaro psicópata en un plató, previo cobro, reclamando trato de ciudadano intachable? Otra calamidad progre: la justicia no punitiva. Encima, las dificultades para sentenciar con dureza que surgirán por culpa de una instrucción de chichinabo con la policía de la señorita Pepis al frente de los interrogatorios. Y el circo que se viene. Uf.