Italia
Nápoles se rebela contra un vertedero en el parque nacional del Vesubio
El nombre de Nápoles vuelve a estar asociado con la basura.
La ciudad italiana revive la pesadilla y nuevamente sufre la acumulación de residuos en sus calles y plazas, donde se amontonan más de 1.000 toneladas de bolsas de desperdicios. Aunque al poco de llegar al Gobierno en 2008, Silvio Berlusconi aseguró que la pesadilla había pasado para Nápoles y que no se repetiría nunca, la falta de soluciones definitivas vuelve a poner a esta sufrida provincia de Italia con la basura al cuello.
Ninguna de las medidas anunciadas hace dos años por el Ejecutivo se ha puesto en marcha: la recogida selectiva no llega al 20%, el incinerador construido funciona a medio gas y el otro que había proyectado no se ha construido. La inmensa mayoría de los residuos ha acabado en los vertederos habilitados de urgencia entonces por el Gobierno, en los que se violan todas las normativas italianas y europeas sobre protección medioambiental gracias a que Berlusconi los declaró lugares de interés estratégico nacional.
Ahora que los basureros se han llenado, los desperdicios vuelven a acumularse por las calles a la espera de un destino. Incapaz nuevamente de ofrecer una solución definitiva al problema crónico que sufre Nápoles, el Gobierno ha decidido esquivar la crisis abriendo un nuevo vertedero. El lugar elegido es Terzigno, una localidad situada a las faldas del volcán Vesubio que ya cuenta con un basurero. El nuevo, además, se construiría en terrenos del Parque Nacional del Vesuvio, lo que ha contribuido aún más a enfadar a los vecinos. Desde hace días se concentran en las calles para evitar el paso de los camiones de basura y reclamar su derecho a no vivir en un lugar insalubre.
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