Murcia
Secretos por José Muñoz Clares
Por qué el juzgado instructor 8 de Murcia mantiene el secreto en la operación Umbra es cosa que sabremos el día del Juicio Final, cuando se alcen los perjudicados por la justicia murciana y la fiscalía miniyó y reclamen que se ponga en la balanza negativa de los poncios semejante decisión, a todas luces inexplicable. Es más, de seguir así las cosas llegará el momento de la apocalíptica última hora y las futuras generaciones seguirán sin conocer por qué está alguna gente en ese procedimiento. Como cortina de humo no está mal pero se hace pesada, sobre todo después de que el propio TSJ murciano declarara recientemente la corrección de los desarrollos del plan urbano y advirtiera del carácter temerario de ciertas imputaciones; la respuesta del equipo oficial es mantener el secreto sine die hasta el fin de los tiempos para tapar así las responsabilidades en que hayan podido incurrir quienes han mantenido artificialmente con vida una causa que, como Lázaro, ya hiede. Lo último que supimos porque alguien lo filtró es que habían investigado a una funcionaria municipal y, oh sorpresa, la habían encontrado «limpia», es decir, que sus escasos bienes respondían a la capacidad económica acreditada y no había, por otra parte, ingreso alguno que no estuviera justificado. Para ese viaje sobraban las alforjas; la funcionaria en cuestión tiene una trayectoria brillante que esta gente pone en duda de forma gratuita y persistente, parapetados tras un secreto que da todas las ventajas a los perros en detrimento de sus presas o, lo que es lo mismo, reduciendo la capacidad de defensa de los ciudadanos. Vamos para cinco años y el Juicio final se acerca. Qué poco temor de Dios.
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