Estreno
«Los dos caballos de Gengis Khan»: Sin desbocarse
Dirección y guión: Byambasuren Davaa. Intérpretes: Urna Chahar-Tugchi, Hicheengui Sambuu, Chimed Dolgor. Alemania, 2009. Duración: 90 minutos. Documental.
Se trata no sólo de reconciliar un país dividido, Mongolia, sino de hacer que la tradición y la modernidad no sean excluyentes. La directora de «La historia del camello que llora» utiliza la búsqueda de un personaje real, la cantante Urna Chahar-Tugchi, como metáfora de esta reconciliación: que Urna quiera honrar la memoria de su abuela haciendo reconstruir el violín de pelos de cola de caballo que le robó la Revolución Cultural, a la vez que recupera la letra de una canción tradicional que todo el mundo parece haber olvidado, significa que aún hay esperanza para el pueblo mongol.
La mirada de Byambasuren Davaa es puramente etnográfica: se deleita en el ambiente de una boda, en la bondad hospitalaria de los pastores nómadas, en los rituales nocturnos de un chamán, en la sabiduría de una anciana que dice no tener memoria para las canciones pero, menos mal, miente.
Es una mirada limpia, que no evita el sentido del humor –la brillante escena del móvil–pero que abusa de un lirismo de postal que, en su tramo final, le pasa factura. El videoclip que cierra la película demuestra que la serenidad que había logrado transmitir buena parte del metraje puede dilapidarse en cuatro torpes ralentís.
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