Actualidad

ANÁLISIS: Qué lecciones se pueden extraer por Fernando Illescas

La Razón
La RazónLa Razón

¿Error humano o fallo técnico?
–Todo parece indicar, a tenor de las declaraciones hechas por las autoridades, que la tripulación desconocía la entrada en el puerto o bien la existencia de unos bajos con los que finalmente acabó colisionando. Por tanto, se puede hablar de error humano. Hay que pensar, además, que la costa italiana está lo suficientemente cartografiada y debe ser conocida por cualquier buque, especialmente italiano.

¿Pudo ser que una explosión previa al choque anulara el sistema eléctrico y propiciara que la nave encallara?
–La cronología no está muy clara. Todo lo que se diga antes de la investigación son elucubraciones. Pero casi con toda seguridad, lo primero que se produjo es el contacto del casco con las rocas, después habría una entrada de agua importante que inundaría la sala de máquinas. Como resultado, se produciría un «shock» eléctrico que dejaría al barco sin energía eléctrica.

¿Por qué el piloto automático no corrigió la desviación?
–El piloto automático tiene una ruta marcada, pero cuando hay una aproximación al puerto se pasa a trabajar en modo manual porque hay maniobras muy precisas.

¿Cuánto tarda un buque en parar?
–Si un barco como este navega a 15 nudos puede tardar del orden de 4 ó 5 kilómetros en detenerse, unos diez minutos. El «Costa Concordia» navegaba a unos dos o tres nudos y, por tanto, el tiempo que requiere una parada es mucho menor.

¿Habrá cambios en la normativa?
–Los buques de crucero han evolucionado aumentando el número de pasajeros para compensar los tremendos costes. Eso genera situaciones críticas en momentos de evacuación. Un barco es una máquina perfecta, pero cuando se produce un accidente así, evacuar a 4.000 personas genera situaciones de pánico. Los pasajeros han tenido suerte, ya que pudieron soltar algunos botes antes de que el buque se escorase completamente. Esta tragedia hará recapacitar para conseguir soluciones de flotabilidad muy por encima de las necesarias. Quizá habría que plantearse la necesidad del doble casco, obligatorio sólo para petroleros.

 

Fernando Illescas
Decano del Colegio de Ingenieros Navales y Oceánicos en Andalucía