París
Christian Louboutin: «Me gustaría calzar a Isabel II»
De altísimo tacón y con la suela bañada en un rojo pasión, sus zapatos son fáciles de identificar, sobre todo porque Madonna, Penélope Cruz y Carolina de Mónaco figuran entre sus más fieles seguidoras. "La mujer lleva la ropa, pero los zapatos llevan a la mujer", afirma el diseñador francés Christian Louboutin.
El francés Christian Louboutin es el diseñador del momento. No hay «celebrity», joven o madurita, que no se haya puesto unos altos «suelas rojas» para acudir a un estreno y no hay mortal que no haya querido subirse a uno de ellos. LA RAZÓN comprobó en la inauguración de su tienda en Madrid cómo numerosas mujeres se compraban pares de dos en dos (los más baratos cuestan unos 400 euros) para que Louboutin se los firmara. Y él, encantado por el revuelo que se formó a su alrededor. Hasta se dejó fotografiar con ellas. Todo eran halagos y agradecimientos porque sus creaciones no sólo estilizan la figura y embellecen el pie, consiguen que las mujeres se sientan 12 centímetros más cerca de las estrellas.
-Desprende magia y felicidad. ¿Es lo que le gusta hacer sentir cuándo meten el pie en uno de sus zapatos?
-Por supuesto, ¿qué si no?
- ¿Es usted feliz?
-Sí. ¿Sabe qué? Soy muy afortunado. Y todo gracias a mi familia. Todos eran muy optimistas con el futuro de mis diseños. Creo que soy muy afortunado por poder hacer lo que más me gusta y, además, tener éxito. De hecho, sería un mal chico si me quejara.
-¿Por qué decidió pintar las suelas de todos sus zapatos de rojo?
- Es el color de la pasión.
-Catherine Deneuve, Carolina de Mónaco pero también Lady Gaga y las jóvenes actrices de la serie «Gossip Girl». ¿Los pies de qué mujer le gustaría calzar?
-Los de la reina de Inglaterra, sin duda. Sería muy divertido.
-La mayoría de gurús de moda aseguran que usted ha desbancado a Manolo Blanhik y que se ha convertido en el mejor diseñador de zapatos del mundo. ¿Lo es?
-Conozco a Manolo desde hace mucho tiempo. Teníamos un amigo en común, que está muerto. Además, no me gusta competir. Cada uno es diferente. Me encanta, es un tipo maravilloso y una gran persona.
-Carla Bruni siempre que acude sola a actos oficiales lleva unos «loubs» ¿Es una buena embajadora para la marca?
-Absolutamente, porque Carla calza tacones medios. Pero no son muchas las que te inspiran para crear este tipo de zapatos. Ella se ha convertido en mi musa.
- Pero cuando acompaña a Sarkozy se baja de los tacones.
-Aun en planos ella es más alta, creo que no le importa.
-¿Qué le gusta más: diseñar, darles nombres tan peculiares a sus zapatos o venderlos?
-Lo más divertido es el diseño, pero bautizarlos también.
-Y, ¿qué mujer española le atrae como embajadora de sus diseños?
-Hay muchas Pero mis amigas Bibiana Fernández y Rossy de Palma son unas embajadoras geniales. Sin duda, hay un montón de españolas que me inspiran.
-Resuélvame una duda: ¿pies grandes o pequeños?
-Depende. Es más una cuestión entre pies arqueados o planos. Prefiero los curvados.
Fascinado por los «stilettos»
La obsesión de Louboutin por los tacones de aguja comenzó cuando todavía era un niño. Vio en un museo un cartel que prohibía este calzado y se enamoró de su silueta: «Nunca había visto un tacón tan elegante», explica el diseñador. Desde entonces se obsesionó con el diseño y «pasaba días enteros dibujando bocetos». Con 16 años solía frecuentar salas de música y teatro. Deslumbrado por ese mundo tan «sensual y exótico», se dedicó a crear zapatos para vender a los bailarines. En 1992 abrió su propia tienda en París, Cuatro meses después, la princesa Carolina de Mónaco ya calzaba sus diseños. Hoy cuenta con una selecta clientela que atesora sus modelos como si fueran joyas. La escritora de novela romántica Danielle Steel guarda en su armario más de seis mil pares.
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