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Acampado en La Moncloa: «A los de Sol se les permite todo a mí no»

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MADRID- Hace dos años y 35 días, Segundo emprendió su viaje a Madrid desde Elche tras perder su casa y verse totalmente arruinado. A pesar de las dificultades, él permanece allí únicamente con dos sillas que le sirven de cama. «Desde que estoy aquí han intentado echarme varias veces, porque no me dejan montar tiendas de campaña; cuando las vuelvo a montar la Policía Nacional me las quita de nuevo. No tengo límite de tiempo, pienso estar aquí el tiempo que haga falta, sólo pido justicia real, no estoy pidiendo caramelos». Lo único que le han dicho es «estamos esperando que te aburras para que te vayas de aquí».
A los siete meses le mandaron una carta en la que le sugerían la posibilidad de volver a su país después de llevar en España más de diez años, teniendo un hijo español y esposa. «No contesté a la carta y, además, a mí nadie me puede decir que me vaya, porque he contribuido tanto o más que ellos en este país».
Pero el otro día intentaron echarle. «El viernes, Rubalcaba mandó a la Policía Nacional. Me dijeron: "Esto tiene que acabar ya". Luego me quitaron los colchones, los toldos y sólo me dejaron cuatro trapos».
A Segundo le parece una gran injusticia que a él le desmonten el campamento y que los «indignados» de Sol lleven allí 15 días viviendo sin que les hayan llamado la atención. «Fui el sábado al kilómetro cero y el Ministerio del Interior no ha movido el comando para desalojarlos. Yo creo que hay muchos intereses políticos y por alguna razón interesa la gente que está acampada» asegura. «Yo en cambio no alzo ninguna bandera política, sólo la bandera española y la de mi país, Colombia». Diferencias que ponen en evidencia dos formas de actuar ante un caso similar.