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Educación a lo Merkel

La Formación Profesional al estilo alemán que anunció el ministro Wert se da también en Madrid. Las empresas son las que hacen las entrevistas, becan a los alumnos, les dan prácticas y trabajo

Educación a lo Merkel
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Los españoles estudian en la Universidad y tras todos esos años, terminan, salen, y no tienen nada, no tienen trabajo. ¿Por qué?». Rosa se sorprende ante su propia reflexión y se sorprende más porque nadie haya encontrado respuesta a su pregunta. Ella es alemana, vive en Madrid, está estudiando la Formación Profesional alemana en Aset (www.aset.es) y cuando termine dentro de año y medio va a encontrar trabajo en la empresa en la que irá a hacer prácticas. Pocos estudiantes universitarios españoles o de la FP española pueden estar tan seguros de su futuro.

Daniel sí que lo está. Su padre es cordobés, pero su madre es alemana. Cuando acabó el bachillerato en el Colegio Alemán en Madrid, Daniel no tuvo dudas, pese a algún pequeño reparo por parte de su padre, al que aún le salía la cultura española. En vez de la universidad o la FP españolas, su hijo eligió la Formación Profesional alemana. Mandó su currículum a la escuela y ésta lo reenvío a diferentes empresas. Tres le llamaron y le hicieron, en plena adolescencia, una entrevista de trabajo. Cuando sus compañeros aún no tenían claro qué hacer con su vida, cuando se preguntaban ¿por qué estudiar?, Daniel estaba pasando entrevistas y eligiendo dónde iba trabajar cuando ya tuviera barba para afeitarse. De las tres, dos, Siemens y Mercedes, le hicieron ofertas de estudio. De estudio, y de trabajo. Le pagan la formación, le ofrecen prácticas y dos años después, le dan un empleo.

Pagar los estudios

Daniel aún tiene cara de niño y es el menos rubio del grupo de jóvenes que hablan en el descanso de quince minutos entre clases. Apoyados en una pared, los chicos se expresan en castellano, inglés o alemán, pero casi todos con acento germano. Daniel no lo tiene. Es español, con filosofía alemana: «Creo que en la FP española sólo se estudia, mientras aquí sales más formado. En Alemania, desde hace mucho, este sistema está bastante metido en la cultura y es una alternativa que contemplan tus padres. Aquí, en cambio, está mal considerada».

Daniel estudia durante seis semanas, con mucha presión y más trabajo y luego se marchará dos meses a hacer las prácticas a Mercedes, pues todavía no hay empresas españolas que colaboren con esta FP alemana. Daniel habla español, vive en España, tiene amigos españoles, pero no es muy consciente de que ahora mismo vive en otro mundo. «En la Formación Profesional en España,–cuenta el profesor Santiago García–, las prácticas se hacen una vez terminado el proceso de estudio. Y no son renumeradas, sino que las empresas reciben una pequeña cantidad de dinero por cada alumno. La inmensa mayoría de las empresas españolas utilizan esto como mano de obra gratuita para sacar trabajo adelante».

En España, además, predominan las pymes: muchas no pasan de cinco empleados. En un sistema como el alemán, tendrían que contratar a un chico joven, sin ningún tipo de experiencia, asumir que va a ir a trabajar unos meses, pero que otros va a estar en clase y, además, pagarle los estudios. ¿Se puede conseguir una cosa así? «La principal ventaja del modelo alemán», continúa el profesor García, «es que se oferta lo que necesita el mercado.

Aquí, en España, eso no ocurre: aquí nos sobra gente en informática o en administración y finanzas y no hay puestos para tantos. Nuestro chavales no quieren mancharse las manos. Quieren tecnología».

Daniel estudia, trabajará y volverá al centro a estudiar en poco tiempo. Allí podrá preguntar por lo que se ha encontrado en su rutina en Mercedes, con los problemas reales. Las prácticas son el punto clave de su aprendizaje. Es trabajar con la realidad «Me parece que mis amigos españoles no trabajan tanto como yo, es más teórico y mucho más light», dice. Ha empezado a las 8:30 de la mañana, como no es ni martes ni jueves, saldrá sobre las 15:00 de la tarde.

Ha tenido diversas claves, nunca más de 15 alumnos por aula, y ha dado inglés. Dice que por lo menos tiene que estudiar una hora diaria para no perder el ritmo.

«Tenemos un problema para explicar nuestro sistema –explica la directora Sussanne Gierth–. Se piensa que quien hace FP tiene menos valor. En lugar de Formación Profesional yo lo llamaría Formación Empresarial».