Jair Bolsonaro

Bolsonaro conmemora la independencia de Brasil sin mascarilla ni distancia

Las playas vuelven a llenarse en un Brasil de fiesta en plena pandemia

Independence Day in Brazil
Brazil's President Jair Bolsonaro waves as he attends the celebration of the country's Independence Day in Brasilia, Brazil, September 7, 2020. REUTERS/Adriano MachadoADRIANO MACHADOReuters

El presidente Jair Bolsonaro no pierde oportunidad para montar el circo, a sabiendas de que cualquier acto que muestre su lado más salvaje, parece reforzarlo en las encuestas. La última del mandatario fue en el desfile que suele celebrarse para conmemorar la independencia. En esta ocasión fue cancelado, de tal forma que la ceremonia se ha limitado a unos 800 asistentes, entre ellos miembros del Gobierno y autoridades de las principales instituciones públicas de Brasil.

Sin embargo, Bolsonaro ha llegado al acto a bordo de un vehículo descapotable, sin mascarilla y rodeado de niños. Redoblando la apuesta, el presidente también ha saludado a los asistentes, tomándose fotos incluso con ellos sin guardar ningún tipo de distancia. Incluso le habló al oído a uno de los trompetistas de la corte castrense.

Todo ello a pesar de que el propio Ministerio de Defensa exhortó hace un mes a evitar los desfiles en esta jornada festiva precisamente para que no hubiese aglomeraciones de personas y, por extensión, un mayor riesgo de contagios del nuevo coronavirus.

Playas repletas

Y fiel al discurso de su presidente los brasileros se lanzaron a las playas. Con una curva epidemiológica que ha comenzado a retroceder, miles de brasileños exhaustos con las medidas de cuarentena por el nuevo coronavirus relajan cada vez más los cuidados y desbordan las playas como si la crisis hubiese acabado en un país donde su presidente minimiza la pandemia.

En Río, el desafío a las normas y a las recomendaciones de mantenerse aislado llegó incluso hasta de Souza, una asistente de enfermería que trabajó en un hospital de campaña para atender a enfermos de coronavirus. “Se está consiguiendo controlar un poco más el coronavirus, eso me dio seguridad para salir”, aseguró de Souza

En Sao Paulo, el estado más golpeado con más de 845.000 contagios confirmados y 31.000 muertes por el virus, el escenario fue similar. Miles de personas aprovecharon el fin de semana largo para viajar al litoral del estado. También se registraron extensas filas de autos saliendo de la ciudad rumbo a las playas del norte del estado, donde los alcaldes pidieron un refuerzo de la policía militar para controlar que los bañistas cumplan las restricciones.

El Ministerio de Salud brasileño tiene registrados hasta la fecha más de 4,1 millones de casos de COVID-19. Entre las personas contagiadas en Brasil figura el propio Bolsonaro, que durante meses ha restado importancia a los efectos de la pandemia y ha abogado por no perjudicar la economía. La peste todavía podría volver con fuerza.