El nuevo enviado de la ONU para el Sáhara Occidental comienza en Marruecos su primera gira regional

El enviado especial de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, comienza hoy en Rabat la primera gira por la zona desde que fuera designado para el cargo en un momento de especial tensión. La del diplomático, que aterrizó en la tarde de ayer a bordo de un avión español en la capital marroquí, no es una agenda pública, por lo que se conocen pocos datos de una gira que durará ocho días y que le llevará, tras Marruecos, a Argelia y Mauritania.

Fuentes del diario marroquí “Le Desk” aseguran que el enviado especial –que fue confirmado en el puesto el pasado mes de octubre- se reunirá hoy en la capital de Marruecos con el ministro de Exteriores marroquí Nasser Bourita sin que haya prevista una rueda de prensa tras el encuentro. El jefe de la diplomacia marroquí, que sigue sin recibir al titular de Exteriores españolJosé Manuel Albares, mantiene una intensa agenda diplomática en los últimos meses.

Ayer miércoles se reunió telemáticamente con su homólogo portugués, Augusto Santos Silva. El predecesor del italo-sueco en el puesto, el alemán Horst Höhler –que renunció en mayo de 2019 alegando problemas de salud- mantuvo un encuentro con el rey Mohamed VI en la primera visita que llevó a cabo al país magrebí en 2017, algo que no se repetirá estos días.

Por su parte, las autoridades de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) tienen prevista una reunión con el enviado especial el día 15 en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia). Según declaraba a Europa Press recientemente el delegado del movimiento en España, “se evaluará” si el encuentro contará con la asistencia del líder del Frente Polisario Brahim Ghali. Para la organización, que exige la celebración de un referéndum de autodeterminación, la situación en estos momentos es “de guerra” con Marruecos, aunque Rabat no se dé por aludido. De Mistura no visitará el territorio de la que fuera colonia española hasta 1975.

Asimismo está previsto que De Mistura se reúna, además de con Marruecos y el Polisario, con las autoridades argelinas y mauritanas en Argel y Nuakchot respectivamente. El diplomático italo-sueco, elegido gracias al acuerdo de Marruecos y el Polisario dos años y cuatro meses después de la renuncia de Horst Höhler tras el veto de una decena de candidaturas, atesora una dilatada hoja de servicios. De Mistura fue enviado de Naciones Unidas en la guerra de Siria (2014-2018) y representante especial del secretario general de la ONU en Irak (2007-2009) y Afganistán (2010-2011).

Tensión regional

La visita de De Mistura se produce en un contexto complejo y revuelto en la región. Recordemos que en noviembre de 2020 el Frente Polisario dio por roto el alto el fuego en vigor desde 1991. Además, tras varios meses de tensión y reproches, a finales del pasado mes de agosto Argelia rompía relaciones diplomáticas con Marruecos. De fondo, el problema del Sáhara Occidental.

Además, en diciembre de 2020 el entonces presidente estadounidense Donald Trump sorprendía con una serie de tuits en los que anunciaba el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Un hecho inédito que llegaba vinculado al restablecimiento de relaciones entre Marruecos y el Estado de Israel. Lo ocurrido hace algo más de un año marcaba el previsible inicio de una nueva etapa para toda la región.

Además de soliviantar los ánimos en el vecino argelino, el espaldarazo de la Administración Trump –que no ha sido revertido por la actual de Joe Biden- comenzó a generar tensiones entre Marruecos y algunos de sus socios europeos, entre ellos España y Alemania. Recientemente y coincidiendo con el relevo político en la cancillería, las autoridades alemanas han lanzado una serie de gestos inequívocos hacia Marruecos que evidencian la voluntad de superar las tensiones de los últimos meses en torno a la cuestión saharaui.

Alemania ha expresado su apoyo explícito al plan de autonomía marroquí para el territorio, con lo que se une a Francia en el respaldo de una propuesta presentada por Rabat en 2007 que en la práctica ha tenido un desarrollo limitado. En el caso de España, a pesar de que desde el Gobierno de Pedro Sánchez se destaca en cada alocución pública el buen estado en las relaciones y se niega incluso la existencia de la crisis bilateral, la situación se encuentra enquistada y sin visos de pronta solución.

La tensión entre las dos principales potencias del Magreb alcanzó su cénit el pasado mes de noviembre, cuando el régimen argelino acusaba a sus vecinos del oeste de haber “asesinado cobardemente” en un “bárbaro bombardeo” con un dron a tres transportistas argelinos que viajaban en dos camiones a través de una ruta secundaria en el interior del Sáhara Occidental. Desde Argel se aseveró que “el asesinato no quedaría impune”, aunque por fortuna no se han registrado desde entonces la temida escalada de violencia.