Estados Unidos
A Biden no le basta con ser amigo de Obama para ganar
El veterano candidato demócrata exprime su cercanía con el ex presidente y su legado político para mantenerse se primero en los sondeos de las primarias demócratas
El veterano candidato demócrata exprime su cercanía con el ex presidente y su legado político para mantenerse se primero en los sondeos de las primarias demócratas
Joe Biden, de 76 años, lidera las encuestas en las primarias de los candidatos demócratas. El que fuera vicepresidente de Barack Obama gana en apoyo en todos los sectores de los votantes demócratas, pero no son pocos los que se preguntan hasta cuánto va a aguantar al frente de la carrera por la nominación.
Analistas políticos consideran que Biden terminará cayendo en favor otros candidatos más jóvenes, que representan una imagen más moderna y progresista del Partido Demócrata. Lo que sostiene al ex vicepresidente en la primera posición de los sondeos es rostro conocido por todos los votantes después de varias décadas como senador y dos presidencias como número dos de la Casa Blanca.
Uno de los ejes de la campaña del viejo congresista es su relación con Obama. El equipo de campaña de Biden considera que el legado del primer presidente negro del país puede beneficiarle en sus aspiraciones por llegar a la Casa Blanca en 2021.
Hace poco anunció que su familia estuvo cenando con la de Obama. Parece evidente que quiere mantener vivo ese vínculo, y no son pocos los que consideran que se trata de una estrategia para ganarse el apoyo de los votantes afroamericanos, según sostiene Davis Axelrod, principal estratega político de Obama.
“Todavía no he escuchado a una sola persona decir que va a votar por Biden porque es amigo de Barack Obama”, afirmó Nina Turner, copresidenta de la campaña presidencial de Bernie Sanders a “Hoy Los Angeles”. “Lo que cuenta es lo que vas a hacer por la comunidad negra cuando estés en el poder, con unos republicanos recalcitrantes”.
Hasta el momento, el antecesor de Trump en la Casa Blanca no ha manifestado preferencia por ninguno de los veinte candidatos demócratas, aunque en el pasado afirmó que haber elegido a Biden como vicepresidente fue uno de las mejores decisiones.
Biden presume de sus experiencia en la Casa Blanca, algo que no tiene ninguno de los otros aspirantes, y cita como logros su gestión para evitar que EE UU cayera de una depresión en 2008 o el rescate de la industria automotriz.
La relación personal entre Biden y Obama alcanzó un grado de cercanía que no se había visto en décadas en la Casa Blanca. Biden, católico y blanco, le dio votos en las dos campañas, y con el tiempo la relación terminó siendo de amistad.
En la anterior campaña electoral, Biden se quitó de enmedio y dejó el camino expedito a Hillary Clinton. Siguió lealmente la recomendación del presidente porque Obama pensaba que Hillary tenía más opciones de ganar a cualquier candidato demócrata, pero se equivocó.
Pase lo que pase, todos los analistas coinciden, a Biden le hará falta mucho más que la conexión con Obama para ganar las primarias demócratas. De hecho, aunque Obama se mantiene como uno de los presidentes mejor valorados por los votantes demócratas, ninguno de los candidatos actuales ha recordado su legado en los debates previos, más allá del propio Biden.
“Ahora los demócratas quieren que alguien retome el partido donde lo dejó Obama y lo lleve hacia delante de una manera agresiva e inflexible. Quieren innovación, no mantenimiento”, escribe la columnista Kaylee McGhee en el “Washington Examiner”.
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