Turquía

Amenaza a las libertades

El Gobierno de Erdogan ejerce ya un control casi absoluto sobre la información publicada en el país

La Razón
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-Beatriz Yubero ha sido la primera deportada europea por parte de Turquía. La expulsaron acusada de “terrorismo”. ¿Considera que su deportación puede esconder un intento de silenciar a voces incómodas para el Gobierno de Erdogan?

Beatriz Yubero ha sido la primera deportada europea desde el 15 de julio pero encontramos casos anteriores como el del investigador británico Chris Stephenson y el de la columnista holandesa de origen turco Ebru Umar. Ser acusado de terrorismo en Turquía no es especialmente difícil cuando lo que se dice o hace está mínimamente relacionado o justifica en parte movimientos o situaciones que oficialmente vienen definidas como terrorismo. No considero que el caso de su deportación tenga que ver, expresamente, con la purga iniciada por el gobierno hacia todos los miembros del grupo Gülen en Turquía si no, más bien, una deportación producida en un momento de tensión en el que cualquier crítica o comentario puede dar paso a un acoso y a una búsqueda de implicaciones con otros grupos, como ya viene ocurriendo desde 2013, aunque a una escala menor que la actual.

-¿Traerá esta deportación tensiones a la relación diplomática entre Turquía y España?

Supongo que no. Ambos países mantienen relaciones estables y no existe un criticismo abierto. Pueden existir presiones para que Beatriz Yubero pueda regresar a Turquía pero, muy probablemente, se quede como un incidente aislado.

-¿Cómo definiría la situación actual de la libertad de expresión en Turquía?

El intento de golpe de estado del 15 de julio ha traído consigo unas cifras espeluznantes de detenciones, despidos de funcionarios y cierres de medios de comunicación. Aún así, la libertad de expresión en Turquía lleva ya varios años amenazada. A un control prácticamente absoluto por parte del gobierno de la información a publicar en los principales canales de televisión (públicos y privados) y periódicos, se añade una regulación muy estricta en Internet, modificada por última vez en febrero de 2014, que da carta blanca al Ministerio de Comunicación y Transportes y al cuerpo judicial para bloquear cualquier tipo de contenido y detener a sus autores. Dentro de un marco de ley, cualquier crítica puede ser silenciada y depende de una valoración subjetiva. Otro de los problemas que atañen a la libertad de expresión es la práctica, cada vez más generalizada, de la autocensura para evitar problemas, algo que daña en sí la salud democrática del país que se encuentra en pleno deterioro.

-¿Por qué Erdogan intenta acercarse a Putin? ¿Qué busca obtener de esta relación?

Antes de todo, Rusia y Turquía han mantenido estos últimos años unas relaciones bilaterales muy fructíferas en el ámbito económico. El acercamiento de Erdogan a Putin pretende, en primer lugar, recuperar el estado previo al derribo del avión militar ruso de esas relaciones económicas. Sin embargo, no se puede obviar que tras este reinicio de las relaciones, puede existir también una búsqueda de una reconfiguración del orden político de la región de Oriente Medio, en el que se establezcan nuevas alianzas y lleguen a implicarse otros países. El Brexit, con las implicaciones internas que eso supone para la Unión Europea, y el intento de golpe de estado con las acusaciones formales del gobierno turco a Estados Unidos, pueden haber sido dos factores que lleven a Turquía a intentar reconducir sus alianzas para salir reforzada de la situación actual.

-¿Cómo puede repercutir a Europa el hecho de que refuercen sus relaciones?

Es necesario ver el avance de las relaciones diplomáticas entre ambos países. La normalización de las relaciones económicas no tiene por qué afectar directamente a Europa. Si eso supusiera, en cambio, un distanciamiento de Turquía podría provocar malestar en Europa y disensiones internas sobre la necesidad de la alianza con Turquía y el papel a asumir por dicho país en Europa. Así, a la larga puede repercutir internamente en una Unión Europea sumida en una crisis de identidad.

Marc Saurina/ Investigador colaborador del Taller de Estudios Internacionales Mediterráneos