Parlamento Europeo
Borrell responde hoy sobre el «caso Abengoa» ante la Eurocámara
Examen al futuro comisario de Exteriores. Se enfrenta a la ardua tarea de conseguir que la UE hable con una sola voz en el mundo
Examen al futuro comisario de Exteriores. Se enfrenta a la ardua tarea de conseguir que la UE hable con una sola voz en el mundo.
El español Josep Borrell deberá enfrentarse hoy al examen de le Eurocámara. Un escrutinio de tres horas en el que deberá contestar a 25 preguntas, tras una intervención inicial de 15 minutos. Aunque se da por supuesto que el todavía ministro en funciones no tendrá grandes problemas para pasar este examen, nada puede darse por sentado y el propio Borrell ha reconocido en los últimos meses la dificultad de esta prueba. Si todo sucede según lo previsto, el ministro de Asuntos Exteriores se convertirá el próximo 1 de noviembre en el máximo representante de la diplomacia europea en sustitución de la italiana Federica Mogherini. La presidente electa del ejecutivo comunitario, Úrsula von der Leyen, ha titulado su cartera como “Una Europa más fuerte en el mundo”, el reto resulta mareante.
Precisamente, Borrell cogerá las riendas de la representación de la diplomacia comunitaria en medio de un tablero internacional especialmente convulso, de alianzas inestables, intereses contrapuestos y la cruda realidad de que cada vez la voz europea tiene mas problema para hacerse oír. Consciente de esto mismo, von der Leyen ha bautizado la próxima Comisión Europea como “geopolítica”, como muestra de que el éxito del club comunitario dependerá de su papel en la arena internacional. Borrell tiene el reto de que el club europeo hable con una sólo voz en la escena exterior, tarea ardua y difícil dónde las haya. Por eso, las respuestas de la audiencia de hoy pueden convertirse en un campo de minas ya que las cancillerias europeas siguen siendo extremadamente recelosas a la hora de renunciar a sus intereses particulares y el papel de sus cuerpos diplomáticos. El español deberá presentar una líneas estratégicas capaces de aunar el criterio de las capitales con capacidad de liderazgo, sin levantar demasiadas ampollas y suspicacias. Cualquier paso el política exterior, hasta un mero comunicado de tres párrafos, necesita la unanimidad de las capitales y, por eso, el puesto de Borrell, necesita de mano izquierda y savoir faire.
Entre aquellas preguntas que pueden venir cargadas con bala, destacan: el no reconocimiento de Kosovo como Estado por parte de España y sus implicaciones a la hora de alentar el diálogo con Serbia y la Ampliación a los Balcanes; la difícil toma de posición europea en Venezuela, entre la imposición de sanciones que no dañen a la población y los intentos de diálogo con el régimen de Maduro; la necesidad de mantener vivo el acuerdo con Irán, la difícil situación de las relaciones trasatlánticas en medio de tambores de guerra comercial, cómo lidiar con el gigante chino al que la UE ya considera un “rival sistémico”, el avispero de Oriente Medio y las tensiones con Rusia tras la anexión ilegal de la península de Crimea.
La incontinencia verbal de Borrell en algunas ocasiones puede volver a jugarle alguna mala pasada. Casi con total seguridad, algún eurodiputado recordará sus polémicas palabras cuando minimizó el exterminio de indígenas al asegurar que los estadounidenses “lo único que hicieron fue matar a cuatro indios” o cuándo Borrel tachó a Rusia como “nuestro viejo enemigo”. En el segundo caso, la cancillería rusa invitó al embajador español para expresarle su sorpresa y decepción. La capacidad de Borrell para explicar estos errores y no volver a meterse en ningún charco serán vitales para evaluar su idoneidad en un puesto de gran importancia simbólica, en el que cualquier traspiés puede costar caro.
En esta audiencia, el candidato español también tendrá que salir al paso de otras otras cuestiones como el caso Abengoa después de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores le impusiera una multa de 30.000 euros por el uso de información privilegiada para la venta de acciones de la compañía cuando era consejero y su renuncia a la presidencia del Instituto Universitario Europeo de Florencia precisamente por haber simultaneado esta labor con su cargo en Abengoa, sin haberlo revelado a la institución académica.
Tras la audiencia, se reunirán los coordinadores de los grupos políticos. Si no es posible la unanimidad, Borrell necesitará el voto favorable de dos tercios. En caso de duda, se puede solicitar que el aspirante rellene un cuestionario para que aclare algunos puntos e incluso una nueva audiencia. El próximo 23 de octubre, está previsto que el colegio de comisarios en su conjunto reciba la luz verde del pleno del Parlamento Europeo. De momento, la Eurocámara ha rechazado a dos candidatos ( Rumanía y Hungría) y otros dos se encuentran en la cuerda floja ( Polonia y Francia).
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