Reino Unido
Corbyn se humilla ante sus barones y les da libertad de voto sobre Siria
El líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, ha cedido ante la presión de sus propias filas y ayer finalmente anunció que sus diputados contarán con libertad de voto respecto a la propuesta del «premier» David Cameron para que Reino Unido se sume a los bombardeos contra el Estado Islámico (EI) en Siria. El veterano político –que durante 32 años fue diputado rebelde– se muestra en contra de cualquier intervención militar y ayer recalcó que la posición oficial de su formación es opuesta a los ataques. Sin embargo, tras dos horas de intensa reunión con su gabinete, acordó relajar la disciplina parlamentaria, una medida que el «número dos» del partido, Tom Watson, y otros dirigentes habían demandado en los últimos días amenazando con posibles dimisiones.
Corbyn pidió ayer a Cameron que la operación se debata durante dos días y exigió que, ante una «decisión tan importante para la nación», la votación se atrase hasta que se aborden las preocupaciones y posibles consecuencias que llevan consigo los bombardeos. Sin embargo, el «premier» hizo poco caso al líder de la oposición y convocó a los diputados a debatir y votar mañana sobre los bombardeos en Siria. La dirección laborista subraya que es necesario abordar «las preguntas que están sin responder, incluido cómo se acelerará la negociación para terminar la guerra civil». En una misiva, Corbyn adelantó ayer que preguntará al Gobierno sobre «qué tropas sobre el terreno se harían cargo del territorio evacuado por el EI, cuál será la estrategia y la coordinación militar, cómo se abordará la crisis de los refugiados y la necesidad de cortar los suministros» al grupo.
Cameron presentó el pasado jueves su estrategia a la Cámara de los Comunes y pidió apoyo apelando a la seguridad nacional. Confía en que los brutales ataques de París y el voto unánime del Consejo de Seguridad de la ONU hayan hecho cambiar la opinión de los parlamentarios, reacios en un primer momento a extender a Siria los bombardeos que la fuerza aérea británica lleva ya a cabo en Irak. Con su débil mayoría de doce diputados, el respaldo de los laboristas resulta crucial. Sobre todo, después de que los nacionalistas escoceses –tercera fuera política en el Parlamento– hayan adelantado que votarán en contra de la operación militar. Aunque Corbyn obtuvo el pasado mes de septiembre el 60% de los votos de las bases para convertirse en líder, sólo consiguió el apoyo del 10% del grupo parlamentario. Y la división interna quedará patente en la votación. Según una fuente del partido citada por PA, un 57% de los diputados laboristas prevén ahora votar en contra de los bombardeos y un 43%, apoyarlos.
Por otra parte, según una encuesta publicada por la reputada agencia Ipsos Mori, más de la mitad de los británicos, un 54%, considera que no hacer ahora nada en Siria es peor que llevar a cabo una acción militar, lo que representa un aumento de catorce puntos desde septiembre de 2013, cuando el Gobierno propuso por primera vez bombardear el régimen de Asad. Tras los atentados en Francia, el 95% cree que hay una amenaza real de un ataque terrorista en Reino Unido, lo que representa diez puntos más con respecto a octubre.
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