Estados Unidos

El debate demócrata en EE UU aviva la lucha entre izquierdistas y pragmáticos

Bernie Sander y Elizabeth Warrren defiende políticas más progresistas para ganar a Trump en las elecciones de 2020

Los candidatos Pete Buttigieg, Bernie Sander y Elizabeth Warren, en el debate de la CNN/Reuters
Los candidatos Pete Buttigieg, Bernie Sander y Elizabeth Warren, en el debate de la CNN/Reuterslarazon

Bernie Sander y Elizabeth Warren defiende políticas más progresistas para ganar a Trump en las elecciones de 2020

Al más puro estilo hollywoodiense, Detroit se convertía en escenario del espectáculo político más esperado, con todas las miradas centradas en los primeros diez candidatos liberales. Y es que la segunda ronda de debate demócrata daba inicio a una carrera de fondo por la presidencia de EE UU con el mayor número de candidatos en la historia de su partido. Veinte en total, divididos en dos bloques de diez candidatos, un bloque de casi tres horas por jornada y durante un total de dos días consecutivos. Los demócratas desvelaron, las noche del martes y miércoles, algunas de las claves de su línea política para arrebatarle la presidencia a Donald Trump.

La sanidad, la inmigración, el control de armas y el cambio climático centraron gran parte del protagonismo en una agenda conjunta bien definida, aunque con ausencia de estrategia marcada y un tono progresista que rompía con algunas opiniones más moderadas. Todos parecían coincidir en el qué, aunque diferían en el cómo. El mediático debate también sorprendió con un ritmo acelerado rompedor y poco habitual en los estadounidenses, elaborado al más puro estilo español, con tiempos muy reducidos e interrupciones a quienes los superaran.

Los más veteranos del partido lideraron el ala más progresista del debate. Los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren, políticos consolidados y pesos pesados de los demócratas, midieron sus respectivas fuerzas como potentes candidatos a la presidencia en estas primarias. Aunque, lejos de enfrentarse, sus posiciones sorprendieron por cercanas.

Las diferencias entre ambos, más de forma que de fondo, mostraron a un Sanders centrado en un crítico y alterado discurso contra la industria farmacéutica, grandes empresas y fortunas que amplían las diferencias sociales con la clase trabajadora, mientras que Warren, por su parte, ofrecía testimonios de historias personales para dar a conocer de manera contundente los problemas actuales de los estadounidenses y su promesa por combatirlos desde la presidencia.

El resto de los candidatos demócratas rozaron algún minuto de gloria, pero no alcanzaron el nivel de los anteriores. Todos coincidían los temas centrales, pero con matices. Las mayores diferencias salieron a relucir con temas como el sistema de salud universal y gratuito que defienden Sander y Warren. Sistema que los demócratas más moderados comparten facilitar, pero sin pasar de manera radical de no tener nada a tenerlo todo y tampoco dejando fuera a las aseguradoras privadas.

El segundo bloque de diez, con el esperado cara a cara entre el vicepresidente de Obama, Joe Biden y la senadora Kamala Harris, pone fin a la segunda ronda de debate demócrata en las primarias más reñidas de los liberales. También las más diversas en la historia de EEUU, con el mayor número de mujeres candidatas a la presidencia, la primera mujer de origen afroamericano que aspira a la Casa Blanca o el que podría convertirse también en primer homosexual presidente del país. Casi un año de campaña por delante en el que los demócratas aspiran a recuperar el poder que ahora está en manos de quien, consideran, pone en peligro la estabilidad de un país entero y en duda los valores que los unen