Japón
El Estado Islámico asegura haber ejecutado a uno de los rehenes japoneses capturados
La organización yihadista habría ejecutado a uno de los dos rehenes japoneses que mantenía en su poder según un vídeo difundido en el que se muestra al otro capturado portando una imagen de su compañero fallecido.
La organización yihadista habría ejecutado a Haruna Yukawa, uno de los dos rehenes japoneses que mantenía en su poder, según un vídeo publicado este domingo en el que el otro capturado, Kenji Goto Jogo, sujeta una foto de su compañero fallecido y exige la liberación de una miliciana de Al Qaeda en Irak.
El vídeo fue colgado en una cuenta afin a Estado Islámico y su veracidad está siendo comprobada, aunque el principal portavoz oficial de Tokio ya ha declarado a Reuters que, de confirmarse la ejecución de Yukawa, se trataría de un acto "bárbaro e inaceptable", al tiempo que ha pedido la liberación de Jogo.
EL primer ministro japonés, Shinzo Abe, lo calificó de "acto violento imperdonable"y pidió la liberación inmediata de Goto. "Japón nunca se doblegará ante los terroristas y seguirá contribuyendo en la lucha de la comunidad internacional a favor de la paz y en contra el terrorismo", ha dicho.
El Gobierno de Japón ha convocado una reunión de emergencia en la sede del Ministerio de Exteriores, con la asistencia del primer ministro y otros miembros del Gabinete.
La reunión comenzó a la 01.10 horas local (16.10 GMT) con el fin de analizar la situación y estudiar medidas el respecto , y se espera que el primer ministro haga una declaración cuando finalice el encuentro.
En el vídeo, de 2 minutos y 52 segundos de duración, Jogo culpa al primer ministro, Shinzo Abe, de la muerte de su compañero y comunica que Estado Islámico está dispuesto a canjearle por la miliciana Sajida al Rishawi, detenida en 2005 cuando iba a atentar contra un hotel en Jordania.
"Ese sencillo", explica Jogo en inglés. "Entregad a Sajida y seré liberado. Es perfectamente posible porque representantes del Gobierno están a un tiro de piedra, en Jordania, donde su herama Sajida está detenida".
El rehén dedica palabras de afecto a su esposa, Rinko. "Estas podrían ser mis últimas horas en este mundo y bien podría ser un muerto andante. Que estas no sean mis últimas palabras. No dejéis que Abe me mate a mí también", concluye la pieza.
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