Alemania

El ministro de Finanzas alemán aspira a liderar el SPD

Olaf Scholz anuncia que competirá en las primarias socialdemócratas en octubre.

El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz
El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholzlarazon

Olof Scholz anuncia que competirá en las primarias socialdemócratas en octubre.

El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, da un paso al frente para liderar el Partido Socialdemócrata (SPD), inmerso en una profunda crisis. Así lo anunciaba ayer la edición electrónica del semanario “Der Spiegel”, que confirmaba que el ministro estaría buscando a una compañera de candidatura.

Scholz, de 61 años y antiguo alcalde de Hamburgo, ya ocupó interinamente la dirección del SPD entre febrero y abril de 2018, después de que Martin Schulz dimitiera a consecuencia de la histórica debacle electoral de los comicios federales de septiembre de 2017, cuando el partido más antiguo de Alemania cayó a un 20% de votos, el peor resultado de su historia.

El vicecanciller deberá competir, juntos a otro docena de pesos menores, con la candidatura formada por dos veteranos del SPD Gesine Schwan y Ralf Stegner, que también acaban de deshojar la margarita. Schwan fue aspirante a presidir el país en 2004 y 2009, mientras que Stegner es un representante del ala más izquierdista del partido.

Tras verse abocado a una tercera e incómoda Gran Coalición con los conservadores de Angela Merkel, el SPD es una formación en caída libre a la que los últimos sondeos le conceden apenas el 12% de los votos ante el empuje de Los Verdes, que ya les arrebataron la posición de segunda fuerza más votada en las elecciones europeas del 26 de mayo. Aquel domingo fue una verdadera pesadilla para el SPD, que perdió por primera vez en la ciudad estado de Bremen (norte de Alemania).

La resaca electoral abrió en canal al partido y condujo a la secretaria general, Andreas Nahles, a presentar la dimisión apenas un año después de haber sido elegida como la primera mujer al frente de los socialdemócratas alemanes.

Desde la retirada de Nahles ejerce la dirección en funciones del SPD una troika formada por tres líderes regionales (Malu Dreyer, Manuela Schwesig y Thorsten Schäfer-Gümbel), pero todos ellos han descartado con distintos argumentos luchar por su presidencia. Y es que no parece resultar muy apetecible un cargo por el que se han sucedido diez líderes en veinte años.

El relevo al frente del SPD comienza con la presentación de candidaturas, que concluye el 1 de septiembre. Ya en octubre corresponderá a los 430.000 afiliados socialdemócratas elegir a su nuevo líder. En caso de que ninguno alcance el 50% de los apoyos, la decisión recaerá en los 600 delegados que asistirán al congreso extraordinario que se celebrará en Berlín entre el 6 y el 8 de diciembre.

La nueva dirección deberá reflexionar entonces sobre la conveniencia de proseguir en una Gran Coalición que muestra claro signos de agotamiento. La elección de la ministra de Defensa de Merkel, Ursula von der Leyen, como futura presidenta de la Comisión Europea dio argumentos a dirigentes como el ex presidente del SPD Sigmar Gabriel para reclamar un paso a la oposición.

Según la agencia de noticias Dpa, Scholz se decidió tras una reunión el lunes con la dirección provisional del partido en la que les anuncio que “estoy preparado para luchar por el puesto si queréis que lo haga”. Pese a su popularidad, el ministro había negado hasta ahora que tuviera el deseo de aspirar a dirigir su partido, dada la dedicación que requiere la cartera de Finanzas. Sin embargo, ayer advertía de que, en caso de ser elegido, mantendrá su puesto en el Gobierno.

Como Nahles, que prefirió mantenerse al frente de la bancada parlamentaria en el Bundestag (Parlamento federal), Scholz siempre ha sido partidario de mantener el acuerdo de coalición con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y los bávaros de la Unión Social Cristiana (CSU). Sin embargo, bajarse del tren antes de las elecciones de 2021 daría una oportunidad al SPD para preparar la campaña desde la oposición. Los malos resultados que conceden las encuestas a los socialdemócratas en las elecciones regionales de otoño en Sajonia, Brandeburgo y Turingia podrían precipitar la ruptura de este matrimonio político mal avenido.