Venezuela

El Parlamento del fin del chavismo

La Asamblea Nacional, con mayoría opositora, se impone como objetivo acabar con el madurismo en seis meses. Toman posesión 109 diputados de la MUD frente a los 112 elegidos el 6-D por la suspensión del Supremo. La bancada oficialista abandona la Cámara tras perder la hegemonía que han disfrutado durante 17 años

Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, fue invitada a la sesión inaugural de la nueva Asamblea Nacional, donde reivindicó la liberación de los presos políticos
Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, fue invitada a la sesión inaugural de la nueva Asamblea Nacional, donde reivindicó la liberación de los presos políticoslarazon

La Asamblea Nacional, con mayoría opositora, se impone como objetivo acabar con el madurismo en seis meses. Toman posesión 109 diputados de la MUD frente a los 112 elegidos el 6-D por la suspensión del Supremo

Por primera vez en diecisiete años la Asamblea Nacional venezolana se consituyó con minoría chavista. Un día histórico que la oposición celebró con calma tensa ante las potenciales embestidas del oficialismo. Con retraso y mucho alboroto en el Hemiciclo, los 54 diputados del chavismo que fueron elegidos en los comicios del pasado 6 de diciembre – y que llegaron a los últimos a la Asamblea– ocuparon sus asientos en el lado izquierdo del Parlamento. Quienes habían tenido la hegemonía durante casi dos décadas ahora eran un grupo reducido. En la otra bancada dominaba una alegría amarga despúes de que el Tribunal Supremo de Justicia aceptara la impugnación de los resultados en el Estado de Amazonas. Así, sólo se permitió finalmente, y como estaba anunciado, la jura del cargo de 109 miembros de la Mesa de Unidad Democráctica (MUD).

Hubo dos momentos de máxima tensión. El primero, cuando los diputados chavistas intentaron boicotear la intervención de Julio Borges de Primero Justicia. Diversos diputados tuvieron que interceder para evitar la bochornosa estampa de una pelea. Finalmente, Borges, jefe de la bancada opositora, pudo presentar su agenda legal. «Es el inicio de un cambio. Cumpliremos con el pueblo. Ley de amnistía y reconciliación; digo que nadie debe estar preso por su forma de pensar. El derecho de propiedad, la ley de producción nacional, la que permita a nuestros mayores comprar medicinas serán prioridad. La idea es hacer un solo país. Venezuela partida en dos no funcionará», sentenció.

«Esta no es la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de la revancha de la oposición; no es la Asamblea de la oposición, sino de la solución a los problemas del país», declaró el candidato de la oposición de Venezuela en las dos últimas elecciones presidenciales, Henrique Capriles, invitado al acto de posesión de los diputados elegidos. En el interior del hemiciclo del Parlamento fueron retirados los cuadros del prócer independentista Simón Bolívar y del ex presidente Hugo Chávez. El ex presidente colombiano Andrés Pastrana acudió a la sesión invitado por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y numerosos opositores tampoco quisieron perderse la sesión. Lilian Tintori, Mitzy Capriles y Patricia Gutiérrez, esposas de los dirigentes opositores presos Leopoldo López, Antonio Ledezma y Daniel Ceballos, fueron ubicadas en la zona de invitadas. Con Tintori, se vivió el segundo momento más tenso. La mujer de Leopoldo pidió a través de un cartel la amnistía para los presos políticos y en ese momento el chavismo al unísono comenzó a gritar: «Asesino, asesino». La oposición le respondió con consignas que indicaban «somos mayoría»y «el pueblo decidió, el pueblo ya cambió».

La primera dama de Venezuela y también diputada elegida, Cilia Flores, acudió acompañada por el presidente saliente de la Asamblea, Diosdado Cabello, quien aseguró que el grupo chavista está preparado para cumplir de manera «estricta» la Constitución y el reglamento de interior y debate del Parlamento.

Mientras, en la calle se vivía con cierta preocupación la polarización de los venezolanos. Grupos de personas afines al chavismo y a la oposición al Gobierno se concentraron desde primera hora en el centro de Caracas para acompañar a los diputados a la toma de posesión de sus cargos, vigilados por un fuerte dispositivo de la Policía y de la Guardia Nacional Bolivariana. Se realizó un perímetro de seguridad alrededor de la Asambles de seis manzanas. Se blindaron todos los accesos y los comercios permanecieron cerrados. Sin embargo, las enormes colas a las puertas de los supermecados, que ya se han convertido en el pan de cada día en Venezuela, continuaron impasibles.

Las manifestaciones matinales, tanto de oficialistas como de opositores, caminaban por manzanas paralelas. Sin embargo, ambas partes evitaron la confrontación. Tan sólo se produjeron algunas escaramuzas por parte de los chavistas, que gritaban e insultaban a los diputados opositores. La Guardia Nacional Bolivariana intentó impedir el paso de los parlamentarios de la MUD, pero los 112 que fueron electos se impusieron, continuaron el paso hasta llegar al Hemiciclo. Allí mostraron sus credenciales y junto a ellos pasaron los medios de comunicación que desde hace cinco años tenían prohibida la entrada al Parlamento.

Henry Ramos Allup, el flamante nuevo presidente de la Asamblea, asumió el cargo al grito de «Volvió, volvió, volvió». Manifestó sentirse emocionado de regresar a «su casa», ya que el político ha pasado más de 25 años (en periodos interrumpidos) como parlamentario. Por su parte, los diputados del oficialista PSUV caminaron por la Plaza Bolívar acompañados de seguidores chavistas. A la cabeza, la primera dama, Cilia Flores y el hasta ahora presidente de la Asamblea, Diosdado Cabello, el segundo hombre más poderoso del país. Flores señaló que están aquí «para defender la Revolución y el proyecto ideológico de Hugo Chávez». El contraste entre la crispación del chavismo y la ilusión de la MUD marcó sin duda esta sesión de constitución del Parlamento histórica. Los 112 miembros de la oposición al chavismo entraron por la puerta grande y fueron recibidos por los trabajadores de la Asamblea Nacional con abrazos. Por su parte, los 54 diputados chavistas abandonaron la sesión antes de que concluyera. Ayer se inauguró un nuevo tiempo en Venezuela con esperanza, pero también incertidumbre.